lunes, 25 de junio de 2007

REFLEJOS DE LUNA

REFLEJOS DE LUNA

Después de subir una empinada cuesta, y dejar tras de mí los escollos y el amigo de viaje, hoy mi vida llega, a un cruce de encuentros.
Desde este otero la vista es amplia y el horizonte se bifurca en caminos y senderos.
Al sur y a lo lejos, el mar de añil bruñido, donde vuela a sus anchas mi amiga la gaviota en sus cielos de esperanza.
Al norte las atalayas y las montañas el cielo y las cumbres nevadas, el reposo la disciplina el ascetismo y el Karma.
Al este la tierra amiga, el verde trigo la flor de olivo y el sol descubriendo cada día a la mañana.
En el oeste, el ocaso, un cielo pardo y el sol sangrante entre tinieblas desvelando a mi rival, la Luna azarosa de plata.
desde mi andadura, saludo al camino venidero, no sé qué azares se postraran ante mí en esta nueva singladura.
dispongo de alforjas de viaje, y estreno un nuevo par de zapatillas, las otras quedaron destrozadas por andar por los pedregales y las rebeldes veredas.
No me arrepiento del camino andado, sigo pisando su senda, aunque este me llevo a ninguna parte, pero fue bonito el paisaje y grata la compañera.
Por un lado el mar, con y su paleta de azules y esos cielos reventones, donde la brisa traía, una risa de treinta años, la Luna bordada en cobre, y una gaviota herida, de amor consumida, que por hacerse amiga de Salvador gaviota, este le trasmitió su locura, y ya no se conformaba con planear, y buscar su sustento en el mar, como hacen todas las gaviotas.
Ella quería hacer un loopings, una barrena invertida, un tirabuzón, y una picada para sumergirse en el mar, y buscar el brillo de cristal de su Luna amante que la enamoraba.
Ella salía desfallecida salada y mojada, pero no le importaba, buscaba ese brillo obsceno, ese palpitar lujurioso que la excitaba, ese hechizo de luna, que desde el cielo miraba, tan hermoso tan embaucador tan bohemio, que a su alma tentaba, cuanto más lo veía, mas lo ansiaba, cuando más lo quería mas lo amaba.
Lo que pasa que no sabía que ese resplandor solo habitaba en su alma, y así quedo la gaviota amiga, por esos mares del sur buscando rayitos de luna.
por el otro lado, me queda un largo viaje, no sé si un peregrinaje hacia mí mismo, si encuentro una flor delicada, si la cuido, si huelo su fragancia, si me embriaga su perfume, no sé qué pasa, que se seca entre mis manos, se hace larva, y después mariposa, y ya no quiere estar a mi lado, quiere descubrir su universo alado.
Nunca me hare jardinero, y menos aun contare la historia de Juan gaviota, no quiero desfallecer otra vez, por un reflejo de Luna.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Nunca debemos de arrepentironos del camino andado, siempre hemos de mirar hacia delante con la ilusión en alza. Nosotros somos todo:pasado y presente y el futuro nos aguarda bajo la atenta mirada de la luna, que esa, siempre acude a su cita.

Un abrazo

9:20:00 a. m.  

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