viernes, 31 de agosto de 2007

DICEN QUE CUENTAN Y HABLAN

Dicen que cuentan y hablan

Cae fina la lluvia como el rocío
Y a tus ojos moja mi flor de olivo
Corona que posa cual mariposa
En tu alma alba
Para que despliegues tus alas de paloma



Dicen que cuentan y hablan,
de una historia en el tiempo
no muy lejana, que no es cuento.

Un trovador de otro tiempo,
que en una noche embrujada
de luna medio enlutada,
y de estrellas desconsolada,
se enamoro de una princesa
de ojos verdes de ensueño
como de hadas o de elfos.

Mágicas piedras esmeraldas,
que él nunca la vio,
más que en su adentro,
pero se la imagino en un balcón
mientras su trova cantaba.

Guardo para siempre su risa,
doblo su melodiosa voz,
bajo la almohada,
para que le hablara en los sueños,
memorizo algún que otro poema de amor,
que en lo alto de su torre declamaba.

Le pidió un insignificante obsequio
un mechoncito de su larga melena,
para hacer un prendedor de amor,
con un verso y su risa,
con su pelo y una flor,
que representara su amor.

Ella radiante, lucero
de albahaca y hiedra
como de un verso
de iris de menta.

Fugaz como el viento
o un rayo de luna
que atrapa el espejo del agua
en un estanque,
siluetas de ojos brillantes,
de estampas que un día
volaron el aire,
y perdurable
como el lienzo de un cuadro.

La verde manía, de poseer esmeraldas,
los iris de gata que miran al cielo
de verde esperanza,
hizo que el enamorado trovador
con cautela y perseverancia,
esperara el cabello.

Para unirlo a su anhelo,
Y así sin recelo trovarle sus versos.

Un mago envidioso y celoso
que a la princesa quería desposarla,
como no encontró su empeño,
la maldijo para siempre,
y a la doncella la convirtió
en gaviota solitaria.

Y quedo el trovero buscando a su anhelo
por toda la tierra, por todos los mares,
y no encontró al bien de sus males.

El no savia que el maligno hechicero
había hecho de su princesa un ave solitaria,
miro en todas partes, revolvió el cielo,
detrás de los luceros, debajo de la luna,
hasta dentro del agua.

así que un día entristecido se encamino a su casa,
y el correo le trajo una pequeña carta,
de olor a romero, de fresa por fuera,
y menta por dentro, y una inscripción que decía
no te hagas con esto un filtro de amor,
que es trampa.

Y allí entre la seda bordada de olor a corpiño
un mechón rubio de oro, atado con un hilito,
el componente que falta.

Presto de amor, y satisfecho,
unió el mechón al poema, el poema a la risa,
y la risa a la flor y la flor a un beso.

Y la mágica luna que hechiza las formas,
de noche danzando en la bruma,
al oído le conto la historia,
de una princesa hechizada y una gaviota,
y un ojo cómplice le guiño,
convirtiéndole en gaviota blanca.

Así cuento la historia que a mí me contaron,
si alguna vez a la orilla del mar,
cuando se pone el sol y sale la luna ,
veis a dos aves unidad viajando
en el espacio entorno a la luna.

No dudes que son, mi princesa del cuento
y su amante el trovador del empeño
que vuelan unidos hacia su nido de amor.


Hizo trampa el trovero, que de su prendedor,
hizo un elixir de amor.








BRAMIDO

Bramido

Sístoles, diástoles,
se va quebrando el sentimiento,
en inyectables de sangre,
aguanto ritmos cardiacos,
que aparecen interminables.

Como oleajes
de tormentas insaciables
que van batiendo
desde la esencia de mí
hasta la medula espinal
de tu existencia

Bendita seas amor
que repicando en mi aire,
amartillé mi existir
a la fragua de tu alma.
en el yunque de tu cuerpo.

Hoy me haces sentir maleable
y atenazas los encantos de tu ser
en el flujo de las venas.

Siento el alma inicua en un instante,
trasparente, inodora como el agua,
un vacío que me angustia,
y no me calma.

Y al otro instante, la siento
Llena, plena, placida y arrogante,
me hechiza, me siega, me quema,
me ciega, me embarga,
me embriaga su quebranto.

Inunda mi emotividad
y allana mi agonía
sublima su trasparencia a la tuya,
como un rayo de luna
vibrando en sintonía
en la profundidad de tu requiebro.

Cuando me abrazas,
me aniquilas y me exterminas,
me extasías entrelazando tus emociones,
al oleo del alma mía.

Me embaucas, me dejas caos
me pierdo en tu eco y en tu gracia
y ya no soy yo
sino una amalgama de sentimiento.

Que sufre, que quiere, que da,
que tiene, que ama, que besa
y al mismo tiempo,
se pierde en las frecuencias del pensamiento.

Bálsamos que a mí me llegan,
Como al labriego el agua,
cauterizando las heridas
agua fresca que al intelecto
apacigua la sed del insaciable.

Hambriento y desnutrido estoy
de la radiación de tu aura
de tu cuerpo de amapola
de la cuerda y tu guitarra
de los labios que suspiran.

De las manos que me acallan
de tu pelo y tus ojos
y el color de tu mirada
del rigor de tu cuerpo
cuando siente los vaivenes del amor.

Es inapelable intrínseco,
Decisión in transitoria...
Aunque no se que me pasa,
y no quiero ahogarme
en un vaso vacio de agua.

Gracias por todo mujer
gracias por no darme nada
me allegas de amor
me colmas el alma.

Me importa un carajo esta rima,
solo quería decirte ,
que así te siente mi alma,
en este tiempo que escribo.

jueves, 30 de agosto de 2007

CARTAS A GAVIOTA 3

Cartas a gaviota 3

A la orillita del mar, tu poema,
de menta y ron con canela,
de verde y añil ceñido,
de verso y fuego encendido.

Que a la brisa mañanera,
me trae a mí, tu acento,
y tu candor gaviota.

Rimas de espumas blancas
olas de alelí y azucena
salpicadas de sal de tus ojos
y canticos de sirena.

Crepita el agua y el cielo
allí, donde tú vuelas,
en la línea del horizonte
donde tu mar se hace profundo
y índigo tu vasto cielo.

Por más que agites tus alas
en la espesura celeste
por más que tu pluma se apreste
a la formación de tu nido.

Tu alma se siente postrera
pues no encuentra compañero
que te agrade para el vuelo,
todas son aves de mamada,
y no quieres una domesticada.

Y tú, buscando una gaviota solitaria,
que te acompañe en las noches,
que sea el lienzo de tus lágrimas,
el soporte de tus alas.

El faro que de noche alumbre,
el rio en tu montaña
el cielo de tu cumbre
y el paisaje en tu mirada.

Gaviota de un mar de sueño,
de ríos bañados en cobre,
descalza vas por la vida,
con sandalia cubres las noches.

Esperas al príncipe azul,
que te calce de sueños nobles,
con zapatitos de jade
y adornos de charol
con perlas, diamantes y flores.

Yo conozco a un buen hombre,
que entiende mucho
de gaviotas solitarias,
consultar en la biblioteca,
a Richard Bach,
y Juan Salvador gaviota.

lunes, 27 de agosto de 2007

UN ARBOL DE CUENTO


Un árbol de cuento

Árbol de la orilla del camino
eras un orgullo de esta tierra
con tus hojas en lanzadera
casi tocabas las estrellas.

Y en tu sombra holgada y lánguida
reposaba fresco el peregrino
el ruiseñor cantaba con un dulce canto
y el jilguero le contestaba con su trino.

En las atalayas de tus ramas
Las avecillas del bosque
En mil nidos habitaban
las entrañas del castillo.

A tropel el soplo del aire
amilana tu esqueleto
Meciendo tu vestido verde,
impregnabas de esmeralda el paisaje
moviendo tu melena con viento.

Cambiabas cada otoño
las esperanzas de tus sueños
y para abril o mayo nos regalas
las flores blancas de tus ramas.

Orgulloso árbol que te asolo un día
una tormenta veraniega,
gigante verde que abrazabas el aire
sin nadie que lo impidiera.

Viejo árbol hendido por el rayo
que arraizado estabas a la tierra
tu tronco hueco carcomido
por el rayo enfurecido
quedo por dentro ensombrecido.

Se apago el verde esmeralda de tus ramas
Y el follaje no camufla a los nidos
Ya la savia no circula por el tallo
y tu alma se volatizo en la tormenta.

Tu corazón ardió con el rayo
te quedaste como el espantapájaros
una deficiente viñeta
con simulada silueta de hombre
las manos y los pies yertos.

El peregrino no se detiene en su camino
solo sirves para el derribo
y hacer leña de ti,
o dejarte en el paisaje aterido
como parada de algún ave viejera.

Dolorido árbol
hoy tu sombra es lúgubre fantasmal y vieja,
asustas a la juventud,
aunque tengas sabiduría añeja,
quizás algún día florezca
algún hijuelo entre tus ramas.

O te caigas de viejo
y te consuma la polilla y la carcoma
o algún leñador se apiade de ti
y le sirvas para calentar su cobijo.

Árbol por el ralámpago retorcido
ahora que termino mi cuento
veo en tu tronco, una yema floreciendo,
quizás el rayo no se llevo tu alma,
y esta sea tu alma renacida,
o un cantico de la primavera.

viernes, 24 de agosto de 2007

LAS ALAS DE LA TRISTEZA


LAS ALAS DE LA TRISTEZA

Una transparencia cristalina
son aquellos ojos claros
de mirada impenitente,
aquellos ojos grandes
almendrados y verdes.
De pestaña infinitas
y de cejas solariegas,
de sombras y pinturas,
de pómulos de cera
manzana evocadora de Eva.
Fue la asonancia de su voz,
o el eco melodioso
de su risa cantarina,
aquellos finos labios
en su boca de marfil,
labios acaramelados
de color de carmesí.
El perfil de sus mejillas,
su nariz romana o griega,
el tacto de su pelo,
del color de la cerveza,
trigales que de grana
alegraron mi tristeza.

La elegancia de su cara,
el porte de su pecho,
el perfil de la mirada,
la seducción de su alma,
su piel pálida y serena,
un volcán de fuego
debajo de sus faldas.
Y llego como una brisa
al atardecer de mi alba,
un copo blanco de nieve
luz de luz que se aguarda
después de los ojos ciegos
en la oscuridad de la grana
como el rocío de la mañana
embauco mi alma.

Yo mayor que tu,
un hombre ya hecho
famélico entristecido,
y tú, la esperanza nueva
un papel para escribir
sobre la inocencia.

Tu cuerpo de guitarra
hacían de mí,
un hombre orquesta
dichoso de tocar
tu melodía y tu cuerda.

Los ojos gavilanes
inyectados de menta,
gaviota en las alturas,
y un felino en la tierra.

Yo quería en ti
la gota de roció
en la transparencia,
el néctar de tu ser y tu presencia.

Tú querías la mar inmensa,
los oleajes y la alborada
en un dedal de plata,
al ladito de tu cama.

Yo sembraba la semilla de la fe
en un hueco de tu alma,
la curiosidad y la paciencia,
tú sin embargo en el espejo
te sentías coqueta,
haciendo posturas y muecas.

Eras la niña de mis ojos
la mujer de mi creencia
la alianza de mi mano,
y yo no sé, para ti que era.

Yo te enseñe la melodía caprichosa
que apagaba la sed de tus arcos
y a sentir tu alma bailando
en las ascuas de tus labios.

Tú me enseñaste,
a querer la ambrosia
susurrante de tu boca
y embriagar los sentidos
con tu amable presencia.

Yo mi mundo te quise dar,
y tú no dejabas de jugar,
yo quería unión y futuro,
tú querías un barco sin rumbo,
Una estela en el agua,
Un fleco de cometa,
Y una pirueta
que en el aire se sostuviera.

Yo quería la semilla de tu vientre
a ese ser naciente,
hijo mío y tuyo,
tú querías deshacer el infortunio,
te veías por la vida acorralada,
no creías en la ilusión enamorada,
no era tiempo de pañales y lactancias.

Yo me opuse a esa jugada,
y plante las cartas boca arriba,
tú abandonaste el juego,
acabaste la partida,
y te fuiste de esta historia desairada.

No sé si fue mi mal juego,
si fueron sus ojos,
si fueron sus risas,
si fue su belleza
si fueron mis faltas de flaqueza,
me abandone,
en las alas de la tristeza.

Notas musicales,
pasaron por mi mente.
melodías ya pasadas,
de Serrat y Alberti.
chelos pasionales
que se pierden en la noche.

Preguntas sin respuesta,
de palomas ausentes.
la paloma equivocada,
cambio de nido,
cambio de rama.
el palomo, vuela alto,
convertido en gaviota solitaria.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Torrentes de un alma en celo


Torrentes de un alma en celo

Trascurre esta noche melosa de agosto
impregnada de cariños rondados,
es la liturgia de un amor deseado
que al mismo tiempo requema y araña
con un afán que devora las entrañas.

En estas horas de paz relativa,
los sentidos se hacen caníbal,
la oscuridad se ciñe a la noche
mientras su ser dormita
buscando luz en las sombras
se debate en un halo de iris y formas.

Su cuerpo durmiente
se abrazada a su mundo,
en postura fetal,
exprimiendo el sueño a su alma,
quizás en sus sigilos,
experimente los anhelos,
seguro que el amor
la cubre y la guarda.

Las ondas que irradia mi alma
se ahogan en mi celo,
¡estar junto a ella,
minar todo su cuerpo,
sentir sus caricias,
complacer sus deseos,
sentir su mirada profunda
como deshabilita mi cuerpo
y en el aire se mezclan
sentimiento con sentimiento!.

Con ella mi ser se libera
y se une a su presencia
en plena libertad
susurrando te quiero.

Sus alas son libres
de ir donde quiera,
si lo hace a mi lado
será en libertad plena,
pues no soy carcelero
de un alma tan bella,
Que vueles princesa,
Tus alas excelsas te hacen ligera
planea primorosa
como la mariposa,
sintiendo el aroma de la rosa.

Amor de mañana y tarde,
amor de noctámbulas horas,
de mi despertar ladino,
del crepúsculo atardecido,
de mi dolor y mi sombra,
amor de todas las horas
que elucubran mis sentidos.

Pasión y celo
por no ser el heraldo de tu anhelo,
pensamiento que me ata a cada gesto
y comprime en cierto modo
mi caminar postrero
te diría tantas cosas que yo siento.

Naufragar en la visión de tu mirada,
reflejarme en tus iris de esperanza,
y cautivar el corazón que yo quiero
navegar por tu piel y por tu pelo
escalar por tus montañas amorosa
y perderme por las redondeces de tu cuerpo
unir con tigo los fluidos,
los lamentos, los suspiros,
y la esencia de tu ser.

Y amasarlo todo ello
con el calor de nuestros cuerpos
y en el horno del alma cocerlo
para que sea tierno, grato, amable, sublime.

Seria incapaz del minúsculo daño
te quiero mas que a mi propio corazón,
te tomaría en mis manos
y no creería que te tengo
sentiría que eres un sutil sueño de caramelo,
dichosa dama de mi ilusión.

Es tal el aprecio que te tengo,
que vivo sin vivir si quiera,
eres la luz de mi existencia
la luciérnaga de mi querer
te deseo en cada instante.

Y nunca más que ahora
estoy tan cerca de ti,
respiro y huelo tu aire,
me callo y siento tu latido,
y si abro la ventana
la noche en su maraña
me trae el perfume de ti,
oigo el eco de tu sonrisa,
y si me toco el pelo
siento tu dorada melena.

Vagabundean mis caricias
por la veredas de tu cuerpo
sintiendo las nervaduras de tu adentro,

Moléculas de furor y fuego
que se convierten en copos
de amor y sosiego,
flores malvas que el alma araña
en esta noche de agosto melosa,
cuando tú duermes
y escupe de sangre este verso.

domingo, 19 de agosto de 2007

ALIANZA

ALIANZA

Mujer que encontrases
en el camino un destino.
compañera de senda
de yugo y sino.

Amapola fresca,
eres el flujo del arrojo
caliente de la tierra,
pura lava carmesí cereza.

El cáliz del amor de mí deseo
mixtura para mis labios
de frambuesa y fresa,
la pasión que recorre mis venas.

Tu corazón de gaviota etéreo
pajareara por los paradigmas
de mi escritura y verso,
eres el añil de mi cielo
la tinta de mi pluma
y el rojo fuego
que anida en mi pecho.

Vendrás a mí
colmada de miel y canela
y yo saborearé tus besos
seré el panal donde tu labriegues
seré el soporte de tus deseos.

El tacto de tu caricia
y el lienzo donde se imprima
el sudor de nuestros cuerpos
será mí boca
un fuego para tus bordes
será mi lengua
el colibrí de tu boca.

Serpentearán mis labios
buscando todas tus formas
dibujaran caprichos
y moldearan tus senos
y debajo de tu falda
elucubrarán misterios.

Mi alma grana
se deshará en tu presencia
en amargor dulce,
te la regalo,
es todo lo que tengo.

Mi espíritu vuela contigo,
se une a tu aliento,
es parte de tu parte,
y te mece como hoja,
te mima, te suspira,
te alienta, y te toma,
somos dos en uno,
la misma cosa.

Tú eres la levadura que en mi fermenta,
mi espíritu en su rebeldía,
la paz y la alegría,
la luz del faro que me guía,
la mitad de mi armonía,
el pilar de mi existencia,
raíz, tallo y hoja,
árbol que al cielo clama.

sábado, 18 de agosto de 2007

NOCTURNO


Nocturno

Como la abeja a la miel
peregrino soy
al anhelo de tu alma,
el placer es absorbente
beber de tan placida fuente
en los labios de la boca
que tu ser en mí provoca,
Se me hace infinita
La sed que en mi yo siento
Y soy como una ola
Que te ama y te desea.

Solo el aire me sostiene
Solo el verso me mantiene
La plañidera luna bizantina
Las amapolas blancas de Morfeo
La marea que se arrastra con la bruma
Como Ulises enhebrado en el madero
Oyendo clamores y cánticos de ondinas.

La alondra trajina,
Entre los azules cielos
de las marismas de plata
labora un nido de amor
Con nardos y alelí
Con menta y verde de albahaca.

El cielo se enerva
en un papiro teñido
De calidos versos,
y luz enhebrada
de luna del candido queso.

Se postra orgullosa
A los pies de la Alambra,
Esperando maitines de agua
Que el Darro le llene sus ansias.

Las horas traspasan
La abeja labriega curtida de amor
Trabaja su néctar melaza
Esencia de flor de romero
Y almíbar de almendro
Que entrelaza con cera de nácar
con sueños y pasiones del alma.

En el eje del molinio,
la rueda jira y jira
Se moltura entre el granito,
un cántico de esperanza
al trigo duro, piedra con piedra,
con el eco del río el agua
y en las manos del molinero
la harina blanca.

En las aspas del destino, el viento,
en el viento la bruma calida,
en la bruma, tu acento,
Sobre tu acento, la espiga gualda,
en la espiga, la morada de tu alma,
Y ahí vuelvo yo a beber
sobre las aguas que me sacian.


lunes, 13 de agosto de 2007

UNA TARDE DE VERANO

Una tarde de verano

El sol calcinando la siesta
la calle de brea se agrieta
al clamor de la resina bresca
la tarde tostada empereza.

Refugiado en las sombras
de una habitación en penumbras,
Se me pierde la mirada
en el aspa caprichosa
que en el techo, vate el aire.

Jira y jira el remolino
y como el viento en torbellino
vienen a mi mente otras cosas.

Y contemplo en el fondo de un retrato
Un aroma extraño, una mujer eléctrica
un tatuaje, una idea y un poema.

Quien pudiera estar

En la imagen de tus ojos
dejándolos de verdes llenos
y en el sosiego del tiempo
contemplarlos por dentro.

Quien pudiera cubrirte

Como el aire o tu vestido
abrazándote suave el cuerpo
mecerte en las olas de mi destino
embriagándonos cada noche el alma
y hacer un largo camino.

Quien pudiera ser

Una de tus sabanas,
el satén o la seda
y así velar tus sueños
mientras la noche lo quiera.

Quien pudiera

Unirse a tu verso en primavera
suspirar entre tus labios romos
confundirse con el viento
navegar en las estrellas
oler de cerca las gardenias
que aromatizan tus pechos.

Quien pudiera

Ser la abaja de tu colmena
elaborar entre mil flores
las esencias y el polen
la miel y la sangre buena
que tu corazón anhela.

Quien pudiera

Unir con tigo la menta y la canela
con gotitas de azahar
en el cáliz de la pasión y el sueño
y beberlo en sorbitos pequeños,
como el elixir del amor
en un claro verde de luna.

Quien pudiera

Ser el ímpetu del palomo
Y volar en los espacios
Profundos de tu cielo.

Ser parte de tu parte
y que me lleves aunque sea
en el vuelo de tu falda
en un bucle de tu pelo
en el ojal de tu solapa
o en el hueco de un bolsillo.

Solo quería

Que pronto pasara esta calurosa tarde
que el motor y la hélice,
no hiciera tanto ruido,
que saliera del papel esta imagen,
y así estar pronto con tigo,
y que nadie me despertara
de mi profundo sueño.




lunes, 6 de agosto de 2007

LAS BOCAS


las bocas

Pasión y celo en los bordes de las bocas
Ambrosia en el umbral de tus labios
Se enroscan las lenguas serpenteantes y calidas
Fusionando ansiedades carnales.

Mi beso en tu boca se enreda
Extasiando deliciosos paladares
Almíbar y néctar de varón y hembra
Fulgor y ansias de avatares.

Carmín que funde el deseo
En labios ardientes del amor
Ojivas escarlatas pasionales.

Crepúsculos de cielo y fuego
En mis sedientos arcos
Sobre tus fervorosos labios.



domingo, 5 de agosto de 2007

LA PLUMA


LA PLUMA

Al volar cortando el viento
Una tarde caprichosa
De pintura multicolor,
Cerca de la bahía
De un mar envuelto en cobre
Sangrante en su ocaso
Hacia la puesta de sol.

Una pluma blanca
Se desprendió de su gaviota,
El viento la llevaba
Aquí allá la transportaba
Y al pasar por tu ventana
Se encontró con la voz de un poema
Mágica la pluma vuela.

Como si el eco la transformara
Y así estando hechizada
En el cielo dibujaba
Con piruetas y cabriolas
La respuesta de otra boca.

Una boca enamorada
Que la pasión en el aire embrujaba
Una pluma encantada
Por la fuerza del amor.

Envuelta en el hechizo del aire
Escribió otro poema
De fragancias y azucenas
En respuesta de su amor.

Que solo comprendieron las estrellas
Y unos ojos verdes que miraban
Como a trabes del azul cielo
En su pliego,
Esa pluma dibujaba
El encuentro de su amor.

Cuando la pluma termino,
Y con precisión exacta,
Bajo flotando hacia los ojos esmeraldas
Que en el azul profundo la contemplaba.

Y antes de llegar
Hasta el encuentro de su blanca mano
Ella se evaporo en el espacio
Convirtiéndose en blanca flor,
Gardenia blanca para ser exacto.

Una flor primorosa
Llena de olor y fragancia
Para que adornara su rubio cabello
Y cerca de se sien
Recordara su presencia.

No es que fuese una pluma mágica
O la alegoría de un dulce cuento
Era la pluma de Juan Salvador gaviota
Que el de vez en cuando regala
A las mujeres apasionadas
Y a las princesas maravillosas.

viernes, 3 de agosto de 2007

A UN SUEÑO

A UN SUEÑO

En la bóveda parda
y en su manto zaino,
tu imagen enaltece mi anhelo.

Esta noche estrellada,
te siento y te colmo mi amada.

En la pálida luz de la luna
se eclipsan los sueños.

Con el lucero del alba,
arrecia mi boca tequiaros
suspirando besos y deseos.

Mis labios te rozan
y con la luz del lucero
mi aliento se enrosca a tu boca
Y amorosamente te besa y te toma.

El viento silencioso
se enreda en tu cuello
disperso y carente
aparta tu pelo
en tu oído desnudo
musita danzante un eco,
te quiero, mi amada, te quiero.

La brisa marina
trae con migo una huella
te roza, te dibuja, te despliega,
el tacto precioso de tu piel de seda
envuelta en mis manos
se aterciopela.

Carita dorada,
mujer doncella,
sueño del sueño del aire.

La flor que te abraza
de combustible se quema,
azahar que en tu cuerpo trepa.

Le anda rondando un alma bohemia,
Idílica, vagabunda y poeta.

A tus ojos serenos,
perdidos en la mar intensa,
pusieron delante
pupilas verdes hiedra,
Color de esperanza,
que a mi suerte hierra.

El tic tac ensordecido
Que atesora tu pecho,
motor de rojo teñido.
Recorre tu cuerpo,
de sangre melaza
que endulza mis venas.

Tu cuerpo y el mió
Unido en las estrellas
Se aman distantes
con ráfagas de viento
y suspiros de aire.

Esencias de carne
que buscan encuentros
en tierra de nadie.

Quizás algún día,
me baje del aire,
y te bese en la boca,
con la pasión de la sangre.

Susurros que el céfiro
me trajo una noche
zaina y noctámbula
hilvanando los sueños
con sabor a esperanza.