viernes, 26 de diciembre de 2008

YO SIN TI


YO SIN TI

Atrapado en la perversidad
absorbente del tiempo
miro la paradoja de la vida
y los años van cayendo.

El azar y el destino
me cruzo en tu camino,
y yo peregrino de my mismo
repose a la sombra de tu arboleda.

Quizás me agradan
las silabas de tu boca
el arrope del tan tan
del lado izquierdo de tu pecho.

O tu hechizo verde ola,
o ese corazón traicionero
que de amar tanto,
¡yo lo quiero¡

Poco y nada tengo,
pero cada vez se va aproximando
la llamada del encuentro,
aunque sea un retrato filibustero.

Cada vez que el reloj
marca un instante, un minuto,
y las horas van huyendo.

Cada vez que nace la mañana
y luego la tarde pasa
y entre caricias nos deja
su atardecer profundo
y una noche placida.

Cada vez que siente mi cuerpo
una inquietud latente
o un suspiro profundo.

Entonces la curiosa parvedad
atisba en el alma,
una sacudida cálida,
que mancilla y enamora.

Y me acuerdo de tu ser
como se oxida entre las sabanas
sin paladear los labios
la piel de la manzana acida.

Aquella que ofreció la serpiente
y nos hizo más humanos
y menos creyentes,
me inunda un olor a feromonas.

La savia que circunda tu vientre
la expansión de la pupila
y la erección de las mamas,
en las catacumbas del cuerpo
la miel se agria,
y en las nervaduras del pecho
los pezones claman ansias.

Voces que hostigan
la primigenia del sexo
mordiendo entre dientes
el ardido deseo.

Ciclos que la vida
poso entre las nalgas
que florecen cada mes
caducándose en su descarga.

Pétalos que se lleva el viento
sin trascendencia ni lamento
esperando que al corazón
le cante un ruiseñor.

Y mientras tanto
yo sin saber y esperando
que a mi pecho
le suene otro eco.

No sientes en la noche
cuando arrulla el sueño
una sensación
que subyuga el cuerpo.

Y rezas a Dios sin temor,
desnudando el cuerpo,
no te has preguntado
alguna vez en tus sueños,
porque ríen los niños
y callan los muertos.

Y en esta respuesta esta,
que te siga queriendo,
yo en mi soledad,
abrigo la catarsis
de un plenilunio contigo.

Y en el crepúsculo
de esta imaginación transitoria
me pregunto,
el cómo y porque será,
de seguir queriendo.

Quizás haya visto en ti,
algo verdaderamente extraño,
que me incita y me turba
y me dan ganas de tenerte,
de besarte y acariciarte
entre mis brazos,
y de cuando en cuando,
aplastar tus senos entre mis manos.

2 comentarios:

  1. Ese amor tan necesario se hace dueño de los sueños, se convierte en el dueño del corazón, se enreda en lo más profundo de la pasión, excelente poema.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Es que no es fácil desprenderse de un amor tan profundo. Creo que siempre nos acompaña por muy largo y cruel que fuera el abandono.

    Un abrazo

    ResponderEliminar