viernes, 16 de enero de 2009

De tu a tu


De tu a tu

Me desnudo a ti en un quebranto
Y aunque no tengo voz
Hoy te canto.


Me infundo en tu medula espinal,
me albergo a las cavidades de tu vientre,
me calzo con la horma de tu zapato,
y me cubro con tu epidermis.

Murmuro, suspiro, exhalo y rezo,
y con el aire que me sobra
aun bostezo,
soy parte de todas las partes de tu cuerpo
aunque solo sea un susurro
una bocanada de aire fresco.

Soy paciente he intransigente,
y respiro del aire que oxigenas,
si me colmas de amor amo,
si me ignoras, me envenenas.

Si me piensas te embellezco
floreciendo en tu ser,
si me guardas y me añoras,
soy el vino que envejece,
soy el pan que te fermenta,
soy la prudencia analítica
que nivela el fiel de tu balanza.

Soy el sumiller del sentimiento
y un gourmet de los sentidos,
y navego por tu sangre y tu cerebro,
por tu pasión y tu sexo.

Soy el tacto en tus manos,
la caricia en tu adentro,
que te anhela y te pliega,
te sostiene y te dibuja,
te da forma y te moldea,
convirtiéndote en gran mujer.

Soy el tic tac de tu pecho
ese musculo insatisfecho
que te alimenta por dentro,
sublimando los sentidos
izando el sentimiento.

Soy lo terso de tu piel,
y estoy en el marfil de tu hueso
y en la mueca de tu sonrisa
en las moléculas de tu pelo.

Soy tu cándida boca,
y esa lagrima que se provoca
rodando en un mar de sueño.

Soy el horizonte de tu anhelo
la brisa el mar y el cielo
tu ovario y tu pensamiento
tu matriz y tu desvelo.

El iris de tus ojos
la visión de tu retina
la piel de tus labios romos
y el sabor prófugo de tu boca.

Estoy en la risa fresca
de tus labios carmesí,
en esta plegaria,
que habla y dice de ti.

Soy el pensamiento
que tienes en este momento
y tu cara de extrañeza,
y ese haaa que lanzas al viento.

Soy tu dueño y tu siervo,
estoy entre tu yo, y tu ego,
soy el mayordomo de tu hacienda,
y lapido o administro
según tu conciencia.

Soy yo misma quien te habla
y quien escucha la plegaria
de quien a veces dudas y otras callas
y muchas veces me preguntas,
¿dónde estoy?

Soy tú, la que ríe y llora,
la que viste y calza
quien enferma y ama,
y te dicta lo que escribes.

Y te envuelve en palabras,
en afectos y emociones,
quien se enfada,
y sueña con tigo cada noche.

Tu sombra, tu corazón, tu alba,
quien te da la razón
la personalidad y el habla
y te juzga a veces, con severidad y castigo
y te lleva por las sendas y los caminos.

Soy tu sueño, tu fracaso, y tu gloria
también tú esperanza,
tu luna, tu cielo, tu estrella.

La gaviota, la mariposa y el felino
soy la piedra y el agua,
el buen amigo, el cordial vecino.

La habitante jocosa,
la militante utópica,
la voluble mariposa,
y la amante poeta.

La ciudadana del mundo
la marioneta rota
tu reflejo ante el espejo
la sedienta justiciera
la impecable revoltosa
defensora del amor.

Soy la intrépida,
la bohemia, la loca,
la cuerda, la amante,
la hija y la hermana,
soy quien soy,
y a veces no soy nada.

Soy tu alma tu espíritu
tu conciencia, la espantada del dolor
la incógnita de tu dios
que hoy me pongo en letra
para que no dudes.

Humedece tus labios,
y en un pliegue de tu brazo
sopla despacio, y siente mi beso,
si le das tu aliento,
me encontraras en tu piel.

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