Una leyenda Urbana
Mujer que en tu bastidor de trapo,
remiendas y remiendas,
los amores velados,
galanes de azul
de la ilusión soberana,
que bordas en tu imaginación
puntada a puntada.
Quieres ser la princesa de fresa
con un traje de tul y organza
como la bailarina que danza
en la cajita de música
al son de una mazurca polaca.
Montar en la carroza de calabaza
con cuatro encantados ratones
que te sirvan de briosos corceles.
Calzar el maravilloso zapato
de zafiro y topacio engarzado
y que el sol acrisole
su arco iris de colores.
Sentirte la reina del día,
y ser la princesa traviesa,
la Scheherazade persa,
la de la boca cereza
con un néctar de abeja
en tus sibilinos labios
de rubí encarnado.
sentirte dichosa,
la fiel mariposa
la bucólica rosa,
del un sueño soñado.
El hada del cuento,
la heroína de la historia
la mejor seductora
la Venus de Nilo
la Helena de Troya.
y a tus pies se pose
el amor colmado,
la rodilla de un hombre,
tu amor soñado.
Costurera del corazón
que hilas he hilvanas
en los pañuelos amores
y luego regalas al viento
para que se llenen de pasiones.
Escucha bien mis palabras,
no soy ningún príncipe desencantado,
solo soy hombre de pan y trabajo,
que quiere ser sentimiento
y no un pañuelo de seda que anudes al cuello
Solo un pedacito de alma
Que valla tejido a tu cuerpo,
un cachito de hoguera,
que arda en lo más profundo de tu pecho.
remiendas y remiendas,
los amores velados,
galanes de azul
de la ilusión soberana,
que bordas en tu imaginación
puntada a puntada.
Quieres ser la princesa de fresa
con un traje de tul y organza
como la bailarina que danza
en la cajita de música
al son de una mazurca polaca.
Montar en la carroza de calabaza
con cuatro encantados ratones
que te sirvan de briosos corceles.
Calzar el maravilloso zapato
de zafiro y topacio engarzado
y que el sol acrisole
su arco iris de colores.
Sentirte la reina del día,
y ser la princesa traviesa,
la Scheherazade persa,
la de la boca cereza
con un néctar de abeja
en tus sibilinos labios
de rubí encarnado.
sentirte dichosa,
la fiel mariposa
la bucólica rosa,
del un sueño soñado.
El hada del cuento,
la heroína de la historia
la mejor seductora
la Venus de Nilo
la Helena de Troya.
y a tus pies se pose
el amor colmado,
la rodilla de un hombre,
tu amor soñado.
Costurera del corazón
que hilas he hilvanas
en los pañuelos amores
y luego regalas al viento
para que se llenen de pasiones.
Escucha bien mis palabras,
no soy ningún príncipe desencantado,
solo soy hombre de pan y trabajo,
que quiere ser sentimiento
y no un pañuelo de seda que anudes al cuello
Solo un pedacito de alma
Que valla tejido a tu cuerpo,
un cachito de hoguera,
que arda en lo más profundo de tu pecho.
1 comentarios:
A veces, en el amor, no es prudente conformarse con poco, ya que contra menos pedimos, menos acostumbran a darnos. A veces, sólo a veces...
Un abrazo
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