Vi deslumbrar unos ojos de espuma,
sentí una dentellada bucólica y caliente,
laureé su alma peregrina,
roce el paradigma del absurdo
y una voz de cuchillo me decía,
deja ya de desearme.
Aguadora del amor, Que grata será la estancia, De aquel que esperas con ardor, De aquel que en tu casa aguardas, Seguro que brindara contigo Y beberá de tu agua. De ese manantial fluido Que brota en lo profundo del alma, Yo he de decirte amiga Que esa agua también me sacia Al beber de tu poesía Se calma la sed de mi alma.
Los suspiros del sur Añoran el calor del poeta Yo siempre al sur del sur Donde los fandangos se mezclan Con quejido del alma Y triste saeta.
El desamor que como un viejo y noble vino, embriaga el paladar y el gusto, solo quedan para el recuerdo, los sabores afrutados, el olor al viejo roble, y las trasparencias de la luz, del el rojo topacio diamantino, ¡que difícil renunciar a ello! aunque para el alma, sea indispensable encontrar, un sabor nuevo, que alivie la premura del sabor intenso de lo viejo, y emborrache de nuevo el alma en las tabernas de Venus.
Cabalga tu aura alba sobre el temor y el espanto amazona enlutada que tu corcel no sea el llanto, desboca a ese caballo de la pena y de tristeza y se jinete del viento de la risa y la alegría, vuela como cometa, y funde tu cara bella con la luna y las estrellas, total amiga mía, si lo piensas son cuatro días.
Dios bendiga tu amor Y separe la rosa de la espina, Que su sentimiento florezca Sobre tu alma herida, Al unísono y al tiempo Ser flor y rosal, Y compartir el amar, Perfume, raíz y color Del jardín de la vida.
La gardenia es una flor blanca No es grandilocuente, Pero te aseguro Que su perfume y su fragancia, Es envolvente como tu alma. Su olor, Llana toda mi casa.
CIELO
Sobre la luz acompasada De los cristales de tu ventana En las ausencias, y los silencios, Sobre la nieve escarchada, En los contornos de tu aura Y sobre el tejado gris.
CIELO
Sobre tus labios ardientes, Sobre tu pelo etéreo, Sobre la pluma azul,
CIELO
En la almohada calida Sobre tus ojos claros, En tus pechos fuentes Y tú nombre de tul.
CIELO
Bajo la noche sin alma Entre tus ojos felinos, Sobre la mar y la montaña, Bajo la luna blanca Sobre tu corazón encendido Y tú mirada azul.
CIELO
En el recuerdo y el pensamiento, En las entrañas de mi pecho, En la razón y mi mente, En tu mirada ausente, Y en el corazón valiente.
CIELO
Entre vuelos de palomas, Entre calidas aromas Una sonrisa de tus labios, Un destello de tu luz. Cielo, sobre el cielo, cielo, Cielo rojo, cielo blanco.
CIELO AZUL.
Al tropel del espanto vino ella cabalgando dejo su corcel negro y se acerco al cuerpo, salió echando chispas un hombre alado atendía el cuerpo otra vez se le adelanto aquel ángel de la guarda.
¿Que sería de la vida sin el amor?
¿qué sería del amor sin la libertad?
Amar sin displicencia, y crecer junto a la llama que arde y nos aviva, en la luz y en el calor de los sentidos hasta la enervación de lo mutable, y luego, renacer con esta simiente, en el alma ungida, vaporosa y volátil, con el pleno conocimiento intrínseco de las cosas, y florecer como las rosas, y exhalar el perfume del amor.
A sus pies mi señora Soy un caballero Si en algo pude ofenderle. Póngale su merced, Precio a mi vida. Que yo se la pondré a la muerte. Que es vieja dama esquiva Compañera de fatigas, Enlutada y paciente. Ya savia yo que una dama, Con esa rima y esa alma. Era reina de reyes. Soberana de caninos y esperanzas.
A la calida y tórrida luna Al espejo celeste de agua A la lágrima que rueda moruna Por su cutis de piel de gitana A la mano que pinta luceros Al corazón que se cubre de plata A mi amiga querida del alma
Poderoso sentimiento Alberga tu sueño. Encendiendo los sentidos De tu alma solariega. Cabalga a la grupa del viento, Y llaga fulgurante A la luz de esa estrella. Es la luz de la pasión Que regurgita solitaria Los anhelos encontrados En tu noble corazón.
Otra tarde gris pasa Los azules oscurecen Y miro desde mi ventana Las sombras del crepúsculo Como los cielos se dilatan Hacia lo bruno. Y ahí. En la inmensidad del espacio, Unos ojos verdes Me miran soñando. A mí, Ladrón de esmeraldas.
Siempre estarás en mi memoria
Una marea de sal y espuma, agua embrujada de luz de luna agita el recuerdo, Hija del trueno, de menta de fresa y caramelo.
La sangre que tiñe el sentimiento, brumosa y espesa se crisantema, dejando en los labios, añil y espuma, besos robados de carabera, ilusión de carne que se evapora, y yace en la pupila y el entrecejo y en algún retrato que se hace viejo.
Palabras rotas, que el tiempo empolva, gravitan en el espacio y la memoria, tildan lamentos amor y risas, veletas y campanas que el sol agrieta.
Y en el paladar de la boca la dulce hiel que te provoca, de poco a poco, se hace añeja, oleaje de abrigo y dulce sueño, se ciñe a tu cuerpo y tu anhelo, envolviendo a tu cintura y a tu credo en vaivenes de fresa de sal y caramelo.
Azucarcillo que en el alma se disuelve, dejando una impronta en el recuerdo, la patina de calidos besos, de un amor sincero e imperecedero.
Y en la distancia del mar ausente la luna se baña indiferente dejando su estela de luz de plata, la gaviota en su sueño a el se abraza, oleajes de brisas aguas y espuma olas que mueren de pálida luna.
Y en lo alto del cielo un lucero aguarda.
Desgranando ausencias Escondidas en la memoria Paladeando sabores de la nostalgia Arañando pedacitos del alma.
Después de la tormenta viene la calma Después de la noche llega la mañana Al final del túnel siempre esta la luz En la luz, la esperanza, En la esperanza, el alma, Y en el alma, La miel mas dulce que empalaga.
SOÑE
Soñé que dulcemente moría, Y al abrir los ojos Sentí profunda agonía, Mi alma hacia las maletas El miedo y mi cuerpo Se lo impedían, En bulliciosa charanga La vida de mí se reía, La muerte juega a los dados, Y poco a poco caen Las hojas del calendario.
Duerme placidamente Que el sueño reparador Aligere tus pesares, Renaciendo la esperanza Y los tragos agrios y amargos Se conviertan en elixires anisados
Cuando deshojamos las hojas, Nos queda la corola, y la soledad del viento, que llevaron las hojas secas, Algunas quedaron, Marcando las carencias muertas El reloj marca las horas, Y el corazón se aja, En los interludios del tiempo, Reloj no marque las horas, Quiero sentir de nuevo, La fragancia de aquella rosaY el ímpetu de un nuevo sueño.
Hoy el cielo esta desbocado Rojo granate henchido De un sueño enardecido Que en el aire Se convierte en suspiro Luz cegadora que siente tu pecho Que habite en tu alma Que caliente tu cuerpo
Ay, mi dulce amiga, con su alma de trapo, acuérdate, que fue el soplo de Dios, Quien te dio el aliento, Algo de el llevamos dentro un cachito de cielo, Como el que brota en tu pecho.
La noche se difumina En quebrantos y quejas Que sea para ti abrigo Tu pluma tu verso tu letra Que sea tu nana cantarina El viento la luna la estrella Que sea tu sendero La libertad y la justicia. Y la honestidad el amor y tu meta.
La lucha por la vida, y la coexistencia de afectos primarios, Motivan, la necesidad urgente de sobrevivir, La calidad de las cosas, no esta en suspenso, Si no en la libertad de elegir, para que trasciendan en el alma. Uno no es mas libre, porque grite libertad, Si no porque se siente libre, en el transcurso de los acontecimientos, La libertad no es una palabra, es la liberación del alma, En el anexo trascendental y el equilibrio del cosmos.
La ventana siempre esta El caso es abrirla o cerrarla Ponerle cristales traslucidos O cristalinos como el agua Abrirla al sol de la vida Y cerrarla en las noches de escarcha.
Juegos de pasión Ilusión desbordante, Un cigarro, Después Fuego, dolor, sangre, Zumo de limón, Vinagre. Aun me acuerdo De cuando fuimos amantes Silencio, sosiego, tiempo Después nada, Ni un simple recuerdo
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