Tiniebla
Tiniebla
En el cuerpo cárdeno
de la noche rabiosa
el azabache se aseda
en la mistura del cielo.
Sobrecogen sigilosas
el bullir de las estrellas
que menguan a la aparente luna
cociéndose entre ellas.
Piensa vaporosa mi amada
en la patina lúgubre de la aurora
e indaga gloriosa en lo alto
un alma que le haga compaña.
Se cierne un tupido velo
en las entrañas del ser
y busca una repuesta sincera
que le haga entender.
En la bóveda celeste una estrella errante
fulmino a unos ojos de menta
y el azabache se caramelizo en bolero
y el bolero se hizo poema.
Y rodo con un arpegio
a la orilla de la mar,
y el aire se sintió fecundo
se lleno de sortilegio.
Arribo sobre una gavia
de un velero mercantil
se desplomo hacia el trinquete
y espirito hacia la proa.
Y su cuerpo de éter balsámico
insuflo al corazón de la sirena
la bella capitana de madera
náyade del agua del mar.
Al instante cobro vida la sílfide
y aquel mascarón de proa
se hizo ante todo mujer
abrió unos lindos ojos felinos.
Fruto de una flor de naranjo,
un bolero y un fandango
y una estrella que en el cielo
devoraron unos ojos verdes.
Que tendrá el agua salada
en el horizonte infinito
que a las almas de la peña
las cauteriza y anima.
Las olas son un sedante
para las algas marinas
que como a una batería
las recarga y electriza.
Será que para las aves solitarias
que vuelan entre la espesura azulina,
por no encontrar un suelo,
juega entre las olas y el cielo
la luz y la brisa marina.
Albatros del desconsuelo
si ya no escuchas tú te quiero
libérate de tu duelo
cruzando el mar sin la sombra.
Y si quieres un apoyo
te presto mi mástil marinero
aunque mi barco postrero
solo sea de papel y de tinta.
1 comentarios:
Bello poema amigo, felicitaciones, pasa por mi blog a retirar tu premio.
Besitos
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