LAMENTO
Lamento
El ocaso milagrea
tintando al sol
herido de muerte
en su camino al cadalso.
Truncada la luz gualda,
fluyen impenitentes
por sus venas desgarradas,
rayos púrpuras y naranjas.
Ante el crepúsculo, pálida la luna
se va engalanando de argento,
en su vientre plomizo
germina la luz del holocausto.
Coqueteando entre las nubes
las aves vuelven a sus nidos
y el mar borracho de matices sangre
se va enlutando despacio.
Un manto aceituno
sobrecoge la bóveda quemada,
Selene en su esplendor
despliega su bata estrellada.
El sueño avanza
engarzándose a la noche
con mucha fe y sin reproche
se filtra en el horizonte.
Las estrellas solitarias
taciturnas me acompañan
y una rosa que no nombro
se me va haciendo dalia.
Hombre solitario
paciente y guerrero,
la fe y la esperanza
tus armas y credo.
Hembra que en duelo
espera en los labios
la fragua de fuego,
la holganza que el alma
destiñe con besos.
Mi mano y mi daga
mi puño de acero
derviche deseo.
Se enclaustran en alma
en voz de jumento
en trueno que brama
amor traicionero.
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