ESTOY EN EL CAMINO
Estoy en el camino
Estoy en el camino y ando
por senderos tenebrosos,
ya la tarde se quiebra,
y el Sol agoniza atrapado
entre rojos y violetas.
La noche se acerca,
aparece cabalgando
en los crisálidos cielos
su oscuro manto
todo tildado de estrellas,
que titilan jugando
a la rueda con la luna.
En el aire se escucha un quebranto,
es el viento que flagela
las copas de los árboles,
silbando entre las hojas
los canticos del aire.
El arroyo baja claro,
y su agua cristalina,
se hace cantarina,
al requiebro en los meandros,
viene apagando la sed
de la vega cercana.
Con cuatro támaras resecas
de un olivo centenario
hago una hoguera,
y el crujir de la candela
cuando se incinera
las ramas leñosas
del olivo centenario.
Hacen un artificio de chispas
al crepitar de la lumbre,
los fogonazos bailan encantados
formando siluetas de colores
de contra luces y sombras chinescas.
Las llamas caprichosas,
se llenan de matices,
con colores disipados
de una semis transparencia.
Lo que hace que se agiten las ideas,
y salgan los reflejos de mi alma,
los sudores de estas cuestas,
esperanzas y pasiones,
desencantos y amoríos,
corrientes de agua.
que se las llevo el río.
De la hoguera solo queda
esa llama mortecina,
que es el fuego de la vida
que se resiste a extinguir,
luz pálida y sonrojada,
que abate solitaria
el concepto de una idea.
Es luz de la existencia
que se resiste a morir.
luz radiante de una llama,
que acaricia el espacio,
difuso de la soledad.
Sensación cálida de ternura,
que dormita en el interior,
es el principio de un fin,
y es el Triunfo del amor.
Energía calurosa,
luz divina que ilumina
irradiando en el pecho
ese yo no satisfecho
que nos llena de ilusión.
¡Alma mía, agonía..
esclava de pasión ¡
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