LA PLUMA
LA PLUMA
Al volar cortando el viento
Una tarde caprichosa
De pintura multicolor,
Cerca de la bahía
De un mar envuelto en cobre
Sangrante en su ocaso
Hacia la puesta de sol.
Una pluma blanca
Se desprendió de su gaviota,
El viento la llevaba
Aquí allá la transportaba
Y al pasar por tu ventana
Se encontró con la voz de un poema
Mágica la pluma vuela.
Como si el eco la transformara
Y así estando hechizada
En el cielo dibujaba
Con piruetas y cabriolas
La respuesta de otra boca.
Una boca enamorada
Que la pasión en el aire embrujaba
Una pluma encantada
Por la fuerza del amor.
Envuelta en el hechizo del aire
Escribió otro poema
De fragancias y azucenas
En respuesta de su amor.
Que solo comprendieron las estrellas
Y unos ojos verdes que miraban
Como a trabes del azul cielo
En su pliego,
Esa pluma dibujaba
El encuentro de su amor.
Cuando la pluma termino,
Y con precisión exacta,
Bajo flotando hacia los ojos esmeraldas
Que en el azul profundo la contemplaba.
Y antes de llegar
Hasta el encuentro de su blanca mano
Ella se evaporo en el espacio
Convirtiéndose en blanca flor,
Gardenia blanca para ser exacto.
Una flor primorosa
Llena de olor y fragancia
Para que adornara su rubio cabello
Y cerca de se sien
Recordara su presencia.
No es que fuese una pluma mágica
O la alegoría de un dulce cuento
Era la pluma de Juan Salvador gaviota
Que el de vez en cuando regala
A las mujeres apasionadas
Y a las princesas maravillosas.
Al volar cortando el viento
Una tarde caprichosa
De pintura multicolor,
Cerca de la bahía
De un mar envuelto en cobre
Sangrante en su ocaso
Hacia la puesta de sol.
Una pluma blanca
Se desprendió de su gaviota,
El viento la llevaba
Aquí allá la transportaba
Y al pasar por tu ventana
Se encontró con la voz de un poema
Mágica la pluma vuela.
Como si el eco la transformara
Y así estando hechizada
En el cielo dibujaba
Con piruetas y cabriolas
La respuesta de otra boca.
Una boca enamorada
Que la pasión en el aire embrujaba
Una pluma encantada
Por la fuerza del amor.
Envuelta en el hechizo del aire
Escribió otro poema
De fragancias y azucenas
En respuesta de su amor.
Que solo comprendieron las estrellas
Y unos ojos verdes que miraban
Como a trabes del azul cielo
En su pliego,
Esa pluma dibujaba
El encuentro de su amor.
Cuando la pluma termino,
Y con precisión exacta,
Bajo flotando hacia los ojos esmeraldas
Que en el azul profundo la contemplaba.
Y antes de llegar
Hasta el encuentro de su blanca mano
Ella se evaporo en el espacio
Convirtiéndose en blanca flor,
Gardenia blanca para ser exacto.
Una flor primorosa
Llena de olor y fragancia
Para que adornara su rubio cabello
Y cerca de se sien
Recordara su presencia.
No es que fuese una pluma mágica
O la alegoría de un dulce cuento
Era la pluma de Juan Salvador gaviota
Que el de vez en cuando regala
A las mujeres apasionadas
Y a las princesas maravillosas.
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