jueves, 22 de noviembre de 2007

LA TARDE


LA TARDE




Agónica tarde
De cobrizos y gualdas
El añil del crepúsculo
Se fusiona de plata.


Anochece despacio
En la tórrida alma
La luz se acrisola
Agitando nostalgias.


En mi ser encendido
Hay una luz esmeralda
Dos faroles de fuego
Y unos labios de grana.


Unos versos de amigo
Y una sonrisa calida
Un te quiero escondido
Y una furtiva lagrima.


Una pasión desbordante
Y un ruiseñor que me canta
Trinos y melodías
Y un canto a la esperanza.


Un corazón encendido
Y una llama apasionada
Con nombre de mujer
Que me arrasa el alma.


Rubia, esmeralda y alba
Rayo de luna
Farolera en las noches
Y sirena en las mañanas.


Rayo de sol que calienta
Las tardes, en que mi alma
Ve los cielos plomizos
Como se visten de fuego,
cobrizos y gualdas.

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