domingo, 27 de enero de 2008

Se rizo el rizo del amor


Se rizo el rizo del amor



Acaricia un aire sedoso y tibio, la luna callada en su abismo es testigo de nuestro destino, acompañándonos con su mejor brillo; El balcón entreabierto, trae aromas de Mayo en esta noche lujuriosa y romántica, y un eco ensordecido, meloso, nostálgico, se bate en el aire de los arrabales junto al rio, se dibujan las barcas y las luces serpentean en el agua.

Las velas preparadas como a ti te gustan, cortas y largas de múltiples colores , rodean el lecho, y atesoran reflejos de cálidos brillos frente a los espejos de la casa, con alguna ramita de incienso que exhale efluvios de las mil y una noche, bocanadas que a horcajadas vaporizan y acicalan las sabanas de seda roja que cubre nuestra cama.

Se refrigera el champan y algunas fresas con nata, esas que nos hacen soñar en exuberantes juegos eróticos; el yacusi burbujea fragante de las sales que trajiste de París.

Estoy nerviosa esperando tu llegada, y miro impaciente el reloj que parece detenido, en los vaivenes del tiempo, me miro al espejo, y recuerdo otro reflejo otro sexo, estoy depilada y los pechos bien erguidos, el cirujano plástico se gano bien su precio, una tarde de peluquería y manicura y baños de sales.

Me puse aquellas minúsculas braguitas de encaje, con el sujetador también negro, y el mono ajustado de cuero insinuante que compramos con su capucha a juego, te acuerdas, fue en un viaje maravilloso que realizamos sin que nadie se diese cuenta, una escapada erótica, que risa nos dio en el sex-shop aquel de Edimburgo, viendo esos llaveros de pollitas eléctricas, como andaban a huevos.

Cada vez que me acuerdo de todos los sacrificios que hice para estar contigo me parecen mentira; nos conocimos en aquella discoteca del centro después de una fiesta, yo estaba en la barra solo pasando el tiempo y tomando una copa, acrisolando en mi mente unos amargos recuerdos, cuando te vi llegar majestuosa y terriblemente femenina, contoneando las caderas, guapísima y sensual.

Te quedaste cerca mío, y se inundo el espacio ensombrecido de mi memoria, no sé ni el cómo ni el porqué será, pero el destino quiso, que entabláramos conversación, fuimos coincidentes en muchos puntos de vista, y confidentes en los males de amores sin reservas de género, y las horas volaron, y la vida se lleno de color, y un arco iris nació en mí corazón, hasta que llego tu amiga.

Para mí fue algo único sublime, de alguna manara singular la vida me condujo a ti y se lleno con tu resplandor, por las noches antes de dormir podía oler tu fragancia, y escuchar el timbre de tu voz, cerraba los ojos y era como tenerte a mi lado, la pasión me devoraba por dentro y en mi cabeza solo estabas tú, te deseaba.

Quede totalmente prendado de ti, nos vimos muchas veces tomamos café juntos, nos reíamos, hablábamos, hasta que un día, quise seducirte y decirte que grande era mi amor,
Como se paralizaba mi cuerpo, y como mi pensamiento me embriagaba de ti.

Y el mundo se me vino abajo como un castillo de naipes, cuando tú me confesaste en secreto mas intimo, que lo nuestro era imposible, que si había un gran afecto, y me considerabas muy buen amigo, pero que tú eras un poco diferente al resto, y en realidad te gustaban las mujeres.

Me lleve una gran decocción, pues mi pasión por ti era casi enfermiza y obsesiva, intente olvidarte pero no pude, pretendí odiarte, y cada día te acercabas mas a mí, me obsesionaba el dejarte
Y la vida para mí no tenía otro sentido, más que el de amarte, el de estar contigo, el de desearte, huracán que siega todos mis sentidos.

Así que decidí lo que decidí , y aquel día cambio mi vida para siempre, y aquí estoy, después de atiborrarme de pasillas de hormonas y operarme con silicona, ya soy tuya tu hembra, tu pasión la compañera que asila tus horas.

Lo que nadie sabe amor mío, es que tú hiciste lo mismo, al encontrarte atrapado en ese cuerpo de hombre.

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