miércoles, 18 de junio de 2008


Nunca despiertes



Bella durmiente
Que gozas plácidamente
Un sueño de ilusiones,

En un palacio dorado,
en un castillo encantado,
Casa de luz y fantasía.

Junto a las hadas de oriente,
Mi bella durmiente,
Nomos y duendes,
Te hacen compañía.

Revolotean,
Como luciérnagas en la noche,
Guardianes defensoras
De la luz que acoge tú pecho,

Luz radiante y divina,
que enamora y cautiva,
Luz de la luna encendida.

Sobre tus manos, en suspenso,
Un camafeo de plata,
Con la imagen del amado,
Un amado sostenido.

Entre cadenas de plata,
Brillos lunares,
y hadas encantadas
Abrazos pasionales
Sueños y misterios.
Cielos de colores
Amores celestiales.

Por un ventanal grande.
Entra el aire que respiras,
El aire que oxigena,
Y te da la vida.

Ese aire que suspiras,
es la vida que te envuelve,
El tiempo detenido,
El amor de tu existencia,
Un amor renacido.

El balcón de la vida,
Los impulsos de fuego
El éxtasis, de la adormidera,
Mientras tu sueño prosiga,
y estés dormida.

Puede que algún día despiertes,
De ese tu sueño soñado
De ese lugar encantado
De esta luna radiante
Que hiere tu pecho amado.

Y en su lugar se estacione,
Una noche oscura y fría,
Sin luz, sin armonía,
Llena de melancolías.

Y la luna de plata,
Se apague en tu pecho herido,
Y el camafeo de plata
Se caiga de tus manos,
Quede para siempre perdido.

Que tus hadas se pierdan,
Entre destellos de luna,
Y el palacio dorado,
Quede desencantado.

Con un guardián en la puerta.
Un demonio hechizado,
Ese dragón troquelado,
Que cierre tu ventana.

Y la rutina regrese,
Desde tu casa, al trabajo,
Monotonía de la vida,
Caminos que se cruzan
Cruces que no se olvidan.

De momento bella durmiente,
Sigue con la vida sueño.
Acaricia tu luna,
Que sus rayos protectores.
Envuelvan tus ilusiones.

Y las hadas encantadas
Como abejas, en las flores.
Hagan hechizos de colores,
Sobre el guardián de la puerta.

Cierra la mano sirena,
Agarra bien al amado
No dejes tu sueño soñado.
Ni que caiga
El camafeo encantado.

2 comentarios:

  1. Cuando se es feliz, mejor no replantearse el mañana, sino instalarse en ese presente grato que, el mañana, sin duda vendrá.

    Un abrazo

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  2. Opino como Trini.

    Un beso.

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