viernes, 19 de marzo de 2010

Erase una vez que te quise.


Erase una vez que te quise.


Quiero mirarte con ojos nuevos,
regocijarme en la presencia de tu semblante
y enmarañarme en los enebros de tus pupilas.

Besar tus angulosos arcos
fundiendo tu carmín de angostura
difuminado al calor de mis labios,
desvelar la ansiedad del deseo
degustando lo que tu boca encierra.

Abrasándonos en lenguas de fuego
mitigando las liturgias del anhelo
sonrojando también a mi adentro.

Con los gozos de la luna
sentir tu rostro en la penumbra,
tu perfil dibujando estrellas
y tu silueta rebozada de luna,
será el farol de mi proa.

Contarte secretos sinceros
susurrados en tu oído,
besar con los labios mojados
tu lóbulo serpentino,
y luego exhalarte
con un gélido viento del norte.

Después impregnarte,
mi vaho llameado del pecho,
sonando rotundo
un profundo te quiero.

Enhebrando tu alma a la mía,
zurciendo con mucho cariño
todos sus desacuerdos.

Juntando bien las mejillas,
sentir tu pelo revuelto,
tu mano cogida a la mía,
la noche moruna cubriéndonos,
y yo, desperdigando versos,
vaciando las sombras del alma,
y contando cuentos.