miércoles, 25 de julio de 2012



Una cita con el ayer


huyendo de la muerte
el Sol se deshilacha en el ocaso,
mientras Selene teje
un velo lácteo en el espacio.

la tarde se adormece
al olor de las magnolias
y un aire tibio me envuelve,
zigzagueante por estas lomas.

tierras rojas de olivares
preñadas de sementera,
oro verde que se cuece
en el campo y la rivera.

la ciudad se desfoga
en estas horas de tiniebla,
y tímidamente las calles
van encendiendo farolas.

un pensamiento vago
serpentea por la cabeza,
y caminando calles
voy a la cita de mi memoria.

al final de la avenida
junto a una venta popular
en la terraza de aquel bar
mi ayer me vino a encontrar.

lo que pudo haber sido y no fue
me espera, sentada en la mesa,
con una mirada de miel
delata su femenina presencia.

los calendarios pasaron
bifurcando nuestras sendas
y de la mesa solitaria
renacieron las vivencias.

recuerdos de un ayer
de juventud y adolescencia
remembranzas del pasado
que dejaron posos y huellas.