viernes, 26 de febrero de 2010

Agoniza la tarde


Agoniza la tarde

Agoniza la tarde
preñada de cobrizos anaranjados,
el horizonte granado
aborrega las cumbres del cielo.

La mirada se funde en el ocaso,
y oculta a este laberinto fatuo
la añoranza se desgarra,
vistiéndose de melosos iris verdes.

Indulgentes las nubes
se impresa en mis pupilas,
y una imagen ancla,
sus cenizas albas,
labra el sol,
las hendiduras de tu aura.

De los adentros,
un dolor seme derrama
y crónicos mis arcos desfallecen,
envidiando a otros labios,
ansiosos de su porte.

El canto taciturno de tu pecho
vagabundea por las moléculas del viento,
y este martilleo de galera,
corea, mi sístole y mi diástole.

Vaivén que estremece mi cuerpo
por los andamiajes del aire,
escariando tú piel en mi hueso
ansioso de un te quiero.

Filamentos ordeñados
de un sol que te traspasa
son los orgasmos de luz
que a mi alma abraza.

Retales ajironados
de un perfume sudor y lagrima
almizcle de los sentidos
fluidos de tus entrañas.

Caramelizada la pasión
se hace un cristal que raja,
fue tanto su dulzor,
que amargo su azúcar quemada.

Por eso quiero beber
de las aguas de tu cielo,
que desempalague mi garganta
y refresque mi cerebro.

Agoniza la tarde en un cielo índigo,
mi corazón sangra,
como este sol que se nos ha ido,
mañana la aurora estará conmigo,
pero tú ya te abras ido.

jueves, 4 de febrero de 2010

Volar


Volar


Oí al viento bronco del sur
quejarse en las melodías del aire
su lamento de sirena
se des salina por mis riveras.

Me trae los ecos de un mar
de luz y de arena
y el bogar de una gaviota
jugueteando al pairo.

Con un latido de corazón que sangra niebla
a las horas mortecinas de la tarde,
con el fluir de la rima marinera
su niebla espesa se hizo sangre.

Volar retozando en el viento
anexo a las costas del ensueño
batir las alas
con la mente abierta al entendimiento.

Volar planeando en el azul intenso
sin la mesura de las horas
volar con alas de femenina esencia
que te hagan sentir mujer.

Volar hacia el crepúsculo de sol
sabiendo que eres parte de la vida
volar presintiendo la bondad de dios
como a tu alma regala su presencia.

Volar con la imaginación y el sueño
y ser protagonista
de la realidad tangible que te eleva.

Volar sabiéndote libre
pulverizando las cadenas que te atan a la tierra
volar en los espacios infinitos
acariciando la luz del horizonte.

Volar en las espesuras del abismo
haciéndole frente a la caída de las hojas
esas que otoñan
la invulnerabilidad de la inocencia.


Volar sobre todas las cosas,
porque no perdono
al que teniendo alas,
no quiere iniciar su vuelo.

Escuche al viento del sur
meloso alzar su ruego
y en su silbo tenebroso
se mancillaron los anhelos.