jueves, 17 de julio de 2014

Ecos


Ecos

Navego con la melodía del viento
impulsado por el eco de una voz.
Una voz que me suscita
y arrolla a mi horizonte y mi timón.

Pongo rumbo a tus iris verdes
a tus labios romos y al susurro de tu voz.
Esa voz que me caldea y al mismo tiempo me moldea
a la más excitante exaltación.

Toma de mi el espíritu,
y proyecta con él una oración,
que te abrace y te acune y se enrede en tu candor.

Dibujando en tus senos esa solida palabra
que se cuece en lo profundo de mi pecho
con el buril del pensamiento
y los cinceles del deseo
que amartillan el sentimiento
en la fragua del amor.

Corre, vuela, suspira la dicha de la vida.
la sangre que circulan por tus venas,
la savia que entreteje tu corazón de primavera.

Abeja de alas de seda
hoy el néctar de tu boca
embriago a la nostalgia,
y se hizo de melaza
hasta el más rudo corazón.