jueves, 21 de enero de 2010

Flagelo


Flagelo

Quiero someterme al aire
y al quebranto del eco
de tus labios mordientes
acariciando quiebros.

Que el viento me lleve,
a tus bordes sedientos
y en el umbral de la boca
se humedezca mi beso.

Resonando mí nombre,
en tu corazón inmenso
se filtre a tu oído
mi melodía en verso.

Que las palabras desnudas
aterciopelen tu cuerpo
y horadando tus senos
se almizclen lactantes.

Se propaguen las almas
en las liturgias del aire
y en el sentir de la esencia
se desborden sus mares.

Por los recodos de tu textura
piadosa enhebre mi romanza
y en el cabildo de tu fragua
se acere mi plegaria.

Atravesando esos luceros
anclados bajo tus pestañas
el pipermín altera
el fondo de mis entrañas.

La mixtura de la menta
a mi corazón encana
y a mi alma tarambana
sus iris verdes fermenta

Porque eres cielo
un copo de aire bresco
con sabor a sueño
que a mi alma alimenta.

Los redondeles de tu cuerpo
enervan los sentidos
que a los sones de suspiros
enmudecen la paz del alma.


De un cuerpo que me batalla
sin haberme sorprendido
arrastran conmigo las cadenas
de la ausencia que me atrapa.


Pues no te siento sirena
y tu luna no me aclara
si no más bien me espinas
y a mi cuerpo taladras.

Vistiendo a mi cuerpo
de cuero negro
me hago masoquista
de mi tormento.

miércoles, 6 de enero de 2010

Onírica luna


Onírica luna

Se atempera la vida
con una trazo de esperanza
y una caricia de ilusión
en unos brazos que me atrapan.

Hoy la luna se refleja
en el hondo de mi entraña,
quise ir a sorprenderla
y era un brillo de tu alma.

El reloj jira y jira
en su esfera de nácar
y sus agujas se enmarañan
se contradicen y abstractan.

Los lances de su péndulo
a mi corazón compasa
marcando un tic tac
de granates y tintes gramas.

Acuartelando minutos
mimetizando suspiros
así la noche me pasa
calcinando a las horas.

En una bruma exilada
al confín de mi memoria
aliñada de sosiego
con una pisca de recelo.

Los segundos me devoran
me transita la memoria
me centrifugan las ideas
y agrietan la sed de mi boca.

El tiempo se consume
me va comprimiendo el alma
y la extensión de las horas
eclosionan los sentidos.

Y en los iris de tus cuencas
se acuñan mis suspiros.
Tácita la noche brama
en los brazos de Morfeo.

Y mi sueño se escandalla
a los sones de un te quiero,
brocal que de tu pozo bebe,
aunque sé que está seco.

Hoy se dibuja la luna
en el fondo de mi alma
y su brillo me encandila
por venir de tu mirada.