viernes, 30 de enero de 2009

Me dirijo al sur


Me dirijo al sur


A sorbos cortos me trago la noche,
hilvanando nenúfares y males,
con puntos cardinales
me dirijo al sur.


A puertos que abran nuevos mundos,
donde el sol destella entre los mares,
esperando la sonrisa y el beso,
de tus ojos ojivas olivares.


Pasa la noche en tinieblas
en rítmicas danzas estelares
surgiendo la madrugada
de frías noches glaciares.


Yo me dirijo al sur,
buscando tu boca y un sueño
tus manos tórridas que abriguen
mi alma gélida de invierno.


Un sol que caliente
el corazón de un poeta
unos labios que circunden
besos cíclicos espirales.


Donde se hélice el deseo
y nuestras almas inmortales,
me dirijo al sur del sur
buscando deseos perdurables.

jueves, 29 de enero de 2009

EN LA DISTANCIA


EN LA DISTANCIA

Miro desde la distancia al crepúsculo,
un horizonte perdido en la ausencia,
busco entre las líneas anaranjadas
y te encuentro a ti, mi bella.

Dulce y apasionada,
como una estrella lejana
que todavía enana una luz radiante
que enamora y emotiva el alma.

Paisajes de luz y colores
ocres, verdes y azulados
tardes de vida y encuentros,
amores lejanos yacentes y muertos.

Noches claras y eternas
de pálida luna y rimas encantadas,
almas gemelas que evocan
candelas de amores desesperados.


Golondrinas viajeras de vuelo distantes,
mares de azules cobalto y helados glaciares,
rosas que tiñen su tallo de verde y espina
y sangre de mayo.

Almas ocultas fugitivas y amantes,
vidas lejanas cautivas y esperances,
lluvias de besos abrazos y apegos,
historias comunes precarias de afectos.

martes, 27 de enero de 2009

Reflejos


Reflejos

Citrina golosea la mirada
que se posa enredada
en lo fatuo del estero.

El reflejo de un lucero
que bracea ondulante
en las aguas de cristal.

Son sus ondas mitigantes
excipiente del eneldo
anisando en sus labios al recuerdo.

De ese hombre de tinta y acero
que se oxida a la luz del lucero
y no supo ser branquias de mar.

sábado, 24 de enero de 2009

Impar


Impar



Fugaz y libre el pensamiento
se debate sicario en la memoria
y devora con mano firme de alfarero
tu escultura de tu presencia.

Vagabundean mis caricias
por la veredas de tu anexo
resguardando las premuras de tu aliento
que se esponjan a lo convexo.

Senos de gelatina y monte de Venus
regados de amores
de lengua y de besos,
labios volcanes de brasas y fuegos.

Encuentros ansiosos que atisba el viento
y solo en el aire en ti me tengo,
andamiajes volátiles de sol y espiga
ondas trigales que me cautivan.

Brillan transmisiones lunares
que apriscan tu aura oculta y soñadora.
Carcelera en tu refugio te sientes prisionera,
acotando en tu cuerpo el placer de tu alma rota.

Silvestres flotan en el espacio,
bucólicos me miran de frente,
silentes se mecen despacio,
dos lagunas verdes.

miércoles, 21 de enero de 2009

Blanc Rouge


Blanc Rouge .

Misterio y un secreto
colma tu cuerpo fluido,
cálida aroma de flor de espliego
espiga grana de azul destello.


Mujer silente de pluma y versos
tus blancas manos, tu piel de fuego,
tus albos pechos, tu pelo etéreo,
se enredan entre mis versos.


Danzante, evadido y quieto
el aire lleva en su eco
pensamientos de amor, a tu oído interno.


Gravita en mi memoria, blancos y rojos
aromas de dulce tierno melazas de sentimientos,
frutillas y frambuesas del entendimiento.

viernes, 16 de enero de 2009

De tu a tu


De tu a tu

Me desnudo a ti en un quebranto
Y aunque no tengo voz
Hoy te canto.


Me infundo en tu medula espinal,
me albergo a las cavidades de tu vientre,
me calzo con la horma de tu zapato,
y me cubro con tu epidermis.

Murmuro, suspiro, exhalo y rezo,
y con el aire que me sobra
aun bostezo,
soy parte de todas las partes de tu cuerpo
aunque solo sea un susurro
una bocanada de aire fresco.

Soy paciente he intransigente,
y respiro del aire que oxigenas,
si me colmas de amor amo,
si me ignoras, me envenenas.

Si me piensas te embellezco
floreciendo en tu ser,
si me guardas y me añoras,
soy el vino que envejece,
soy el pan que te fermenta,
soy la prudencia analítica
que nivela el fiel de tu balanza.

Soy el sumiller del sentimiento
y un gourmet de los sentidos,
y navego por tu sangre y tu cerebro,
por tu pasión y tu sexo.

Soy el tacto en tus manos,
la caricia en tu adentro,
que te anhela y te pliega,
te sostiene y te dibuja,
te da forma y te moldea,
convirtiéndote en gran mujer.

Soy el tic tac de tu pecho
ese musculo insatisfecho
que te alimenta por dentro,
sublimando los sentidos
izando el sentimiento.

Soy lo terso de tu piel,
y estoy en el marfil de tu hueso
y en la mueca de tu sonrisa
en las moléculas de tu pelo.

Soy tu cándida boca,
y esa lagrima que se provoca
rodando en un mar de sueño.

Soy el horizonte de tu anhelo
la brisa el mar y el cielo
tu ovario y tu pensamiento
tu matriz y tu desvelo.

El iris de tus ojos
la visión de tu retina
la piel de tus labios romos
y el sabor prófugo de tu boca.

Estoy en la risa fresca
de tus labios carmesí,
en esta plegaria,
que habla y dice de ti.

Soy el pensamiento
que tienes en este momento
y tu cara de extrañeza,
y ese haaa que lanzas al viento.

Soy tu dueño y tu siervo,
estoy entre tu yo, y tu ego,
soy el mayordomo de tu hacienda,
y lapido o administro
según tu conciencia.

Soy yo misma quien te habla
y quien escucha la plegaria
de quien a veces dudas y otras callas
y muchas veces me preguntas,
¿dónde estoy?

Soy tú, la que ríe y llora,
la que viste y calza
quien enferma y ama,
y te dicta lo que escribes.

Y te envuelve en palabras,
en afectos y emociones,
quien se enfada,
y sueña con tigo cada noche.

Tu sombra, tu corazón, tu alba,
quien te da la razón
la personalidad y el habla
y te juzga a veces, con severidad y castigo
y te lleva por las sendas y los caminos.

Soy tu sueño, tu fracaso, y tu gloria
también tú esperanza,
tu luna, tu cielo, tu estrella.

La gaviota, la mariposa y el felino
soy la piedra y el agua,
el buen amigo, el cordial vecino.

La habitante jocosa,
la militante utópica,
la voluble mariposa,
y la amante poeta.

La ciudadana del mundo
la marioneta rota
tu reflejo ante el espejo
la sedienta justiciera
la impecable revoltosa
defensora del amor.

Soy la intrépida,
la bohemia, la loca,
la cuerda, la amante,
la hija y la hermana,
soy quien soy,
y a veces no soy nada.

Soy tu alma tu espíritu
tu conciencia, la espantada del dolor
la incógnita de tu dios
que hoy me pongo en letra
para que no dudes.

Humedece tus labios,
y en un pliegue de tu brazo
sopla despacio, y siente mi beso,
si le das tu aliento,
me encontraras en tu piel.

miércoles, 14 de enero de 2009

HERA


Hera
Cándida la boca
ansiosa de romance
se erotiza febril
en los brazos de un amante.

Arcos nebulosos
hechiceros pasionales
creadores de mundos y cielos.

Anillos seductores
que aman sin querer queriendo
con la cautela de los celos.

Lengua intemperante
te enroscas al deseo
bebiendo en el cáliz de los besos.

Labios que embadurnan
la cavidad del adentro
abriendo un sendero
sensual y tierno.

Manos que avasallan
la sordidez y el vértigo
pincelando con caricias
la estructura de tu lienzo.

Piel de durazno
metáfora y verbo
que viste en armonías
el ánfora de tu cuerpo.

Muslos de blanquecina cera
al final de tus bordes
arden hogueras y sementeras
de sensaciones y teas.

Monte de Venus
escorpión y hereje
el pudor de tu cuerpo
a ti no te merece.

Caderas
de cayena y pimentara,
glúteos esculpidos por Miguel ángel
aderezan tu femenina esencia .

Zalamero se embriaga el aire
al almizcle de tus pechos
rosas de botón de nácar
son los pezones de tus senos.

Y de tu cabellera, ni lo cuento,
electriza el aire y al sentimiento
dorada como la cerveza.

trigales que maduran al sol,
espitas de luz divina
radiantes para un te quiero.

La voz cálida,
de sonoro acento
que modula el aire
en una sinfonía
o en un tormento.

Y en el mar y en paisaje
quedo el iris de sus ojos
que me los recuerdan
las hojas de los olivares.

viernes, 9 de enero de 2009

Una tarde de invierno


Una tarde de invierno


Estas tardes taciturna de invierno
el sol tiene corto bagaje
y calienta poco a los huesos,
ya cansado de su caminar postrero,
el ciclope iracundo se desdeña en el ocaso.

Su larga cabellera cobriza
se deshilacha en el espacio.

Anacrónico va vencido y cercenado,
herido de muerte
cediendo el protagonismo
a la luna de alabastro,
que asiste impotente
a la agonía de los estertores.

El cielo crepuscular
en singular empatía
se tiñe de frambuesa,
se desangra en las acarameladas nubes
que se llenan de tristeza.

Las sombras corretean
y huyen a la deriva de la arboleda,
y poco a poco el verde de mi valle
se difumina en su grandeza.

Se cierne la luz a las sombras
y se cierra el telón del día,
abriéndose la noche
espesa para las luciérnagas.

La adherencia de la negrura cala,
y hace destellar
la incandescencia en el alejamiento.

Insertándose en el paisaje
rosarios de luz
que fluyen de las serranías,
son los pueblos de cal y canto
que circundan
a estas lomas lunares de olivos.

Mares de hoja perenne
rasgadas por el esfuerzo
el sudor y el trabajo,
de estas nobles gentes jienenses.

La noche acaricia mis mejillas
sintiendo su gélido porte,
la luna ya se mece radiante
en su columpio de ébano
el reloj marca su pauta intachable,
y el tiempo invento del hombre
sigue en su presente y pasado.

Y yo perdido en la noche
deambulo por otros lugares.

Naufrago en la proa de tus labios
buscando una razón de sal y espuma
y la quilla de tus arcos
me aparta a los abismos abisales.

Busco algo nuevo en las estrellas
y las estrellas solo están para alumbrarme,
me perderé en una estela marinera
y me olvidare de Buenos aires.

viernes, 2 de enero de 2009

UNA HISTORIA


Una historia



La cúpula celeste ampara
una noche serena y clara
en la bóveda de ébano
las estrellas resplandecen
de satén carburo cielo
embriagando a la noche
en un capote de terciopelo.

El astro se viste de lentejuelas
añorando al sol que la desvela,
radiante y de media cola
embauca al mar que lo devora.

La salinas aguas se calcinan
de sueños estelares
y las espumas naufragan
de rayos lunares.

Las olas llenas de brisa
me cantan canciones de amores,
el viento se pausa
de bella romanza
silbidos que labran
los ecos del alma.

La alondra revuela
en las marismas gitanas
sortilegios y penas,
quebrantos y zambras.

En el corazón de la calandria
se canta, justicias sin credo,
besos de bromuro y fuego
quejidos lamentos
de tímido vuelo.

El azul del cielo
recoge la plegaria
y en dulce eco
a mis arcos alcanzan,
la luz de unos ojos
la carne que abrasa
los labios frondosos
que ruegan y aman,
sibilinamente callan
envueltos de cenizas,
rescoldos del alma
teñidos de verde
de verde esperanza.