martes, 28 de julio de 2009

COMO UNA ROSA


COMO UNA ROSA


Como un alquimista en su vergel,
capullo de pétalo grana
yo cuidare con esmero de ti
y así seas la rosa bella del alma.

No quiero que seas efímera,
ni volátil ni cruel
solo una fragancia en el aire
un color de carmesí.

Una aureola y un beso
una pluma y un verso
un susurro que anime
las ansias y el deseo.

Que las abejas vengan,
por el néctar de tu flor,
y con ella elaboren
la miel de la pasión.

Rosa perfumada sin espinas
flor delicada del amor
dulce néctar de almíbar.
la melada de mi amor.


Que una mariposa blanca,
se aposente en tus pétalos
y en los mil vuelos restantes
perfume con el almizcle de tu pecho

Quiero que un pintor
se infiltre en tu sueño
y con pastel de acuarela
te dibuje en su lienzo.

Colmada de perlas de roció,
sacie su sed
un colibrí agradecido
libando las lagrimas de tu rostro.

Quiero que seas el mensaje,
de un amor apasionado,
y que un enamorado,
se llene de tu luz y resplandor.

Que tu melaza impregne,
las pasiones deseadas,
de un amor desesperado,
como en copa paladeado, sorbo a sorbo.

Que seas la rosa deseada,
por todas las amadas
la flor de la esperanza
la rosa de pasión.

Que seas como eres,
un sueño inalcanzable
una estrella que se abre
solo en my imaginación.

Tan divina y tan mujer.
la luz de una esperanza
las locuras de mis ansias
la rosa que me abraza.

La más bella del jardín.
la Dulcinea del Toboso
la amante de Teruel
my reina de Camelot.

martes, 21 de julio de 2009


TRANSITO



En esta noche de porcelana
flota una luna ponderada
hierros a mi corazón clava
desfraguando el aura
como gajos de una naranja.


Lucero de la mañana
matinal guía del alba
compañero invisible del sol
triada de un alma pálida,
Venus me cubre en esta madrugada.


Los sueños se multiplican y callan
crisolados de menta acida
convierten su cárdeno sino
en luces de albor renacido,
y despliegues de alborada.


¡Ay amor, amor caído!
¡ay amor, amor furtivo!
¡ay amor de mis sombras ¡
soledad que a mis horas
se mece en la arboleda perdida.


Quimeras de tinta electrónica
andamiajes anochecidos
entre columnas salomónicas,
inducciones de palabras
y puzles que no encajan.


Tachones y borrones
rimas y asonancias
cabriolas de la mente
que en el papel se plasman
y en el ser se ajan.

Más difícil todavía
que un triple salto mortal
del funambulista en el alambre
hacia la mujer de cristal
que se le trasparenta la sangre.


Luz de pasión y deseo
alma que embriaga
el corazón destemplado
en la sintaxis del ego
ariete que preña el sexo.

Órgano vital de la vida
músculo inquieto.
trovador de senda y camino,
que la vereda y la trocha
no te desfallezcan.


Que tras el invierno glaciar
los ríos se deshielan
explosiona la primavera
de verde grana se derrite el agua
alimentando las praderas.


Las raíces se clavan
perforando la tierra
y las yemas estallan de gozo,
regenerando la floresta.


¡Ay amor, amor escondido!
¡ay amor, amor renacido!
¡ay amor, amor sumergido!
dicha de todas mis horas.


La paloma hace su nido
y aquel pájaro herido
se olvido de sus sombras
¡ay amor, amor cautivo !

martes, 14 de julio de 2009

El reflejo del ego


El reflejo del ego



Sumiso al dolor y la ausencia
gimotea la nervadura del ser,
la llama que enerva de brillo
la esmeralda de luz esperanza
desespera sus lacónicos verdes
en sulfuros que ahogan su alma.

Marioneta de hilos plisados
tienes en la risa una pena
tatuada a tus labios
y el corazón desmembrado
cosido de hilván deshilachado.

¿Qué le paso a tu hueso cereza?
¿qué latido arrugo su costado?
¿qué sangre fluida de rojo
convirtieron tus venas, en vasos leñosos?.

La luz de tu estrella
se desvanece en un sueño dorado
y el diamante que pulías
se va gastando de frotarlo.

Fue tanto su centelleo furtivo
fue tanto su mirar cautivo
que la mirada se petrifica
congelándose tus lagos de hiedra
se vidriaron tus verdes pupilas.

Se convirtieron en resina seca
ámbar de verde pradera
que hiela el calor de lo adentro.

Náyade agorera mundana
ensombreciste tu perla marina
en un ego difuso y calcáreo
he hiciste de la madre perla
serrín en los labios.

Tu alma de brillo de estrella,
y tu corazón de humano
ante la adversidad maniquea
la soberbia la convierte
en guiñapo de trapo.

Aunque se que eres ostra
y en el fondo de ti
escondido en tu seno,
abrigado en un pálido velo
fructifica un tesoro.

La perla que cultiva tu alma
en sólidas capas de nácar
sé que eres gestante
del tesoro que guardas.

Pero mira en sus adentros
y te desvelaran otros colores y otros destellos
que igual no brillen tanto hacia afuera
pero calientan y queman por dentro.

miércoles, 8 de julio de 2009

Marchita rosa


Marchita rosa

Cobijado de las inclemencias del viento
junto a la pérgola del jardín,
cálida la madre tierra abriga
la raíz y el fuerte tallo
del rosal de mis amores.

Sutiles sus aserradas hojas
trepan hilarantes el cielo
mullendo de verde etéreo
el azul inmenso.

La noche ágape lo acoge y lo mima
y en su manto sedoso lo duerme
con una nana cubierta de bruma
declamando con el viento
silbos dorados de luna.

El rocío de la aurora
lo perla de cristal de agua
y el sol naciente lo despierta
evaporando las lagrimas.

La rosa altiva
preciosa que yo velaba
con delicado esmero
y un alto ego
quedo desdeñada.

Su aroma caprichoso
de olor de mirra y fragancias de jazmín
se ha perdido como la melodía
de un clavicordio en el mes de Abril.

Desolada esta mí casa
y ensombrecido el jardín
la pequeña flor ha muerto
y también dentro de mí
catafalco un negro luto
que exonera mi sentir.

Era un sueño y un anhelo
un reguero y un vivir
y como sueño consumido
perdió el olor y la fragancia
y sus pétalos la han postrado.

Me equivoque
al elegir la señilla
en la poda y en el injerto
fui torpe
en el abono y audaz en el riego
y la arrogancia de sus pistilos
la ha consumido.

No era amarilla
no era blanca ni rosa
era de un grosero cereza
aterciopelada en ala de mariposa
rojo amapola, vino tinto que embriaga
espesa de sangre oxidada
era así, color de lagrima ensangrentada.

Los pulgones, los escarabajos
los trips y el acaro rojo
acabaron con su existir,
nunca supo marcharse antes
que se cerrase la puerta,
y allí olvidado quedo el arrojo,
quedo la llama
que sangra enojo,
y el arlequín que le toco en la feria.

Yo quería que luciera
en al solapa de un enamorado
en el ramo de una novia
que fuese el regalo inesperado
de un amor apasionado.

Que se muriera de envidia
la gardenia y el nardo,
y solo un brillante perfecto
una grandiosa perla
o la sonrisa de tus labios,
pudieran igualarse a su presencia.

Pero la bella flor a muerto
y una perra condenada
en su tallo a defecado,
la importancia de marcar espacio,
de ser alguien
aunque uno no sea nada,
la apariencia y el engaño
un buen abono de estiércol
que le sirva de epitafio.