lunes, 28 de febrero de 2011

Una historia


Una historia

La bóveda celeste ampara
una noche serena y clara
las estrellas resplandecen
de satén carburo fuego
embriagando a la noche
en un ágape de terciopelo.

La luna se engalana
tras los cirros tenebrosos
añorando a un sol
que por ella desfallece.

Radiante y vestida de gala,
embauca a un mar en porcelana,
coloreando a sus barbas en plata.

Las salinas aguas se vidrian
de sueños estelares
y las espumas del mar
se preñan de rayos lunares.

Las olas
en su vaivén me cantan
rumores de amores,
y en el salitre viene
redobles de corazones.

El viento aflauta
los silbos y las pasiones,
melodías que labran
las partituras del alma.

La gaviota revuela
por las marismas al alba,
enhebrando cabriolas,
quebrantos y zambras.

En el corazón
de la ave solitaria
se canta,
justicias sin credo,
besos de bromuro y fuego,
quejidos, lamentos,
de tímido vuelo.

El azul del cielo
herbola la plegaria
y en dulce eco
a mis arcos alcanzan.

La luz de unos ojos,
Los labios frondosos,
de carne que abrasa,
ruega y aman.

Sibilinamente callan,
envueltos de cenizas,
de las ascuas mundanas,
teñidas de verde,
de verde esperanza.

Las granas de un beso
transitan la aurora.
mis labios sedientos,
se mueren de ganas.

El sol renacido
ilumina la alborada,
la luna de cuero
se diluye al alba.

Mi historia termina
con los labios secos
las manos desnudas,
y una daga en el pecho.

jueves, 3 de febrero de 2011

LA DANZA DE LAS LIBÉLULAS


LA DANZA DE LAS LIBÉLULAS

En un banco de agua
ligero danzo, ligado a ti,
en la profundidad oceánica.

El insondable mar
testifica mudo nuestro encuentro,
y la suave luz adormecida
se devora en las fauces del abismo.

Se ondula tu cuerpo junto al mío
en la suave parvedad de la fragancia,
te ciñes a mí alrededor,
y nadas, encadenando ondas.

Somos dos almas amantes
radiales en una noria,
jiras, das vueltas y danzas,
peonza de carne y hueso
tus brazos excelsos
me envuelven en un misterio.

Tu espíritu,
en cabriola mi alma,
batallando con los átomos del agua,
y danzas y danzas
en armonías simétricas,
bailando con mi espíritu
el vals de las libélulas .

Cabellos de seda etéreos
fulguran en mis deseos,
sirena de un mar adentro
mi vida, un poema y un verso,
ay amor, sin ti yo muero.

Mujer de sémola y fermento
eres mí grano de mostaza
y hoy retozo en la añoranza
bajo la sombra de un destino.

Soy tú reo y tu cautivo
encerrado en un misterio,
de unos ojos que me hablan,
una voz que me ensordece,
y unos labios que se callan.

Jiras das vueltas y danzas
bogas en los suspiros del agua
envuélveme con tus alas,
mujer de mi profecía
y seca del todo mis lagrimas.
pañuelo de verde sino.