sábado, 3 de diciembre de 2016


Vi deslumbrar unos ojos de espuma,
sentí una dentellada bucólica y caliente,
laureé su alma peregrina,
roce el paradigma del absurdo
y una voz de cuchillo me decía,
deja ya de desearme.

domingo, 27 de noviembre de 2016


AQUELLA NOCHE
Aquella noche, te fuiste luciérnaga,
por los senderos de la luna roja,
perdiéndote ente las estrellas,
abatiendo el aire, sin tu pañuelo,
me degastes como las hojas crises del otoño.
Frio, descalzo, sin su color verde,
herido en la nostalgia,
te llevaste todo lo encendido,
y ahora me siento perdido,
sin tu fragancia de melaza y dátil,
dando golpes de ciego.
Porque te fuiste mi amor,
si tu latido late en mi pecho,
si mi pulmón respira tu aire,
si soy molécula de viento,
que alborota y besa tu pelo.
Quizás te fuiste gaviota,
acariciando otro viento,
sintiendo en tus alas otro aire,
que te elevaba más cerca del cielo.
Mis besos siempre naufragan,
frente a las costas de tu boca,
mi piel henchida de deseo,
se acrisolo en el jardín de la inocencia,
mis manos buscan las tuyas
y las acogen en mis letras.
Mi alma roza la tuya,
y solo en el éter,
mi imaginación te toca,
capricho que anhela el alma,
intentando descubrir tú esencia.
Paloma de vuelo raso,
fragante estrella y cometa,
luciérnaga de luz de gas,
gaviota, mujer y pantera,
iris de carburo en la niebla,
ilusión y musa
para un poeta.


Mujer
Mujer de amplias caderas,
y de exuberantes redondeces,
mujer de sal y agua marina,
no te quedes en la fuente,
y se torrente, caudal y rio,
regando todo a tu paso,
inundándolo todo,
de tu agua fresca de
frondosa vida,
mueve el molino a tu paso,
que giren sus aspas de harina,
llévate los fracasos y los desengaños,
que un mar te espera,
sediento de tus aguas circulares.
Se mar y horizonte,
que cuando yo pueda,
coloreare tu sino de azahar,
en el bramante hilo de mi cometa.


TU VOZ
El fermento de tu voz
anzuela los silos de mi alma
que apasionada enhebra
los fulgores de tu aura.
Siento bella
la imagen que trasmites
furibunda mujer de nadie
tormenta de jardín
con un tintero de sauce.
Cuéntame tus añoranzas
y los poemas rotos
que consistes con tu pluma
mientras que tu amigo fiel
en la noche te arrulla.
Háblame de los silencios
de la ropa del armario
de esa cama vacía
del espejo en que te miras
de la fragua de tus labios.
Aunque tú no lo sepas
en tu alma aguardentosa
se mece la mesura
que acrisola con premura
unas alas de mariposa.
Abeja de mujer eres
libando el polen de lo bello
fabricas con tu pluma
la miel que te colona.
Fraguas la dicotomía
en el hondo de tu entraña
y de la esencia de esa lucha
sale la mujer que ama,
divergente del amor
que a la noche te enclaustra.
Penélope de mil esencias
soñadora de fragua y fuego,
Vulcano de sentimiento,
el fermento de tu voz
melaza mi sentimiento.


Adosada llevo en mi alma
una fragancia tubular
que traspira cemento
y deja vivir en un hueco al helecho
que se niega a extinguirse
en el duro asfalto.


Fueron tus labios cantones
capilares de un deseo
u fue tu mirada marina
arpegio de un dragón
y la sonrisa de Aries.


Pendular acaricia la noche
absorto en los ojos del gato.
Pero el gato poco entiende de los afectos de humano.
Por eso se hace fiera
y en el amor gatuno se exonera.


A veces, solo a veces,
trasiego tu nombre en el viento,
y amaina en mi pensamiento
el eco del amor.


Perla negra
A la cálida mujer primaria
que estiliza su torso de negro
al kohl que enmarca
sus ojos brumosos de cielo.

Al carmín que inflaman sus arcos
y embellece se boca de nácar
al bromuro y el celo que aspira
su nariz lusitana.

Al satén de la piel que blanquea su
rostro sereno de cera
al glaciar que congela su copa de mantis.

A la tórrida luna
al espejo celeste de agua
a la lágrima que rueda moruna
por la mejilla de un camino sin alba.

A las manos que pintan poemas
al los pensamientos que anhelan nostalgias
al corazón que se tiñe de sueños
a los labios que suspiran misterios.

A los ojos que encienden mi alma
a los besos cautivos del aire
la voz del silencio que clama.

A tus brazos excelsos abiertos
a mi cuerpo glaucoma que ama
a mi amiga querida del alma.