martes, 29 de enero de 2008

Maria


MARIA


Agorero tilda el verso del enhebro
Que gime seco y polvoriento
En un carrazón de cal.

Ya sus venas arboladas
Se quedaron enclaustradas
Esperando que a maitines
Sonaran las campanas.

Y trémulo sonó el eco
De un golpe seco
Que dentro de su pecho
Desquebrajaba el corazón.

Ya sus manos se aceraban
Su mandíbula se encajaba
Y se cutis frio y gélido
De cárdeno se arropaba.

La voz no salía del pecho
Los ojos fijos en un abismo
El aire tibio se le espesaba,
Y perdió el uso de la razón.

Por un túnel negro el caminaba,
Y en un paisaje acelerado
Se veía de niño de joven y de casado
En un instante como en un juego
Vivió se vida menos su anhelo.

Que al final del corredor le esperaba
Con gran sonrisa envuelta en luz
Llama que abriga acoge y regocija,
Como en el seno materno,
-Vuelve cariño, no es todavía tu hora
Agárrate fuerte y torna…

Desfibrilador a noventa,
Uno, dos, tres, impulso, carga…
Poco a poco el sonido de una sirena
Inundaba su mente
Y una sonrisa poblaba su boca,
María, Maria.

- Mira llama a la virgen,
- ¿Por qué habrá tomado tantas pasillas?
- Me dijo uno, que hace poco murió su mujer.

La ambulancia se perdió entre las calles
En busca del hospital.

domingo, 27 de enero de 2008

Se rizo el rizo del amor


Se rizo el rizo del amor



Acaricia un aire sedoso y tibio, la luna callada en su abismo es testigo de nuestro destino, acompañándonos con su mejor brillo; El balcón entreabierto, trae aromas de Mayo en esta noche lujuriosa y romántica, y un eco ensordecido, meloso, nostálgico, se bate en el aire de los arrabales junto al rio, se dibujan las barcas y las luces serpentean en el agua.

Las velas preparadas como a ti te gustan, cortas y largas de múltiples colores , rodean el lecho, y atesoran reflejos de cálidos brillos frente a los espejos de la casa, con alguna ramita de incienso que exhale efluvios de las mil y una noche, bocanadas que a horcajadas vaporizan y acicalan las sabanas de seda roja que cubre nuestra cama.

Se refrigera el champan y algunas fresas con nata, esas que nos hacen soñar en exuberantes juegos eróticos; el yacusi burbujea fragante de las sales que trajiste de París.

Estoy nerviosa esperando tu llegada, y miro impaciente el reloj que parece detenido, en los vaivenes del tiempo, me miro al espejo, y recuerdo otro reflejo otro sexo, estoy depilada y los pechos bien erguidos, el cirujano plástico se gano bien su precio, una tarde de peluquería y manicura y baños de sales.

Me puse aquellas minúsculas braguitas de encaje, con el sujetador también negro, y el mono ajustado de cuero insinuante que compramos con su capucha a juego, te acuerdas, fue en un viaje maravilloso que realizamos sin que nadie se diese cuenta, una escapada erótica, que risa nos dio en el sex-shop aquel de Edimburgo, viendo esos llaveros de pollitas eléctricas, como andaban a huevos.

Cada vez que me acuerdo de todos los sacrificios que hice para estar contigo me parecen mentira; nos conocimos en aquella discoteca del centro después de una fiesta, yo estaba en la barra solo pasando el tiempo y tomando una copa, acrisolando en mi mente unos amargos recuerdos, cuando te vi llegar majestuosa y terriblemente femenina, contoneando las caderas, guapísima y sensual.

Te quedaste cerca mío, y se inundo el espacio ensombrecido de mi memoria, no sé ni el cómo ni el porqué será, pero el destino quiso, que entabláramos conversación, fuimos coincidentes en muchos puntos de vista, y confidentes en los males de amores sin reservas de género, y las horas volaron, y la vida se lleno de color, y un arco iris nació en mí corazón, hasta que llego tu amiga.

Para mí fue algo único sublime, de alguna manara singular la vida me condujo a ti y se lleno con tu resplandor, por las noches antes de dormir podía oler tu fragancia, y escuchar el timbre de tu voz, cerraba los ojos y era como tenerte a mi lado, la pasión me devoraba por dentro y en mi cabeza solo estabas tú, te deseaba.

Quede totalmente prendado de ti, nos vimos muchas veces tomamos café juntos, nos reíamos, hablábamos, hasta que un día, quise seducirte y decirte que grande era mi amor,
Como se paralizaba mi cuerpo, y como mi pensamiento me embriagaba de ti.

Y el mundo se me vino abajo como un castillo de naipes, cuando tú me confesaste en secreto mas intimo, que lo nuestro era imposible, que si había un gran afecto, y me considerabas muy buen amigo, pero que tú eras un poco diferente al resto, y en realidad te gustaban las mujeres.

Me lleve una gran decocción, pues mi pasión por ti era casi enfermiza y obsesiva, intente olvidarte pero no pude, pretendí odiarte, y cada día te acercabas mas a mí, me obsesionaba el dejarte
Y la vida para mí no tenía otro sentido, más que el de amarte, el de estar contigo, el de desearte, huracán que siega todos mis sentidos.

Así que decidí lo que decidí , y aquel día cambio mi vida para siempre, y aquí estoy, después de atiborrarme de pasillas de hormonas y operarme con silicona, ya soy tuya tu hembra, tu pasión la compañera que asila tus horas.

Lo que nadie sabe amor mío, es que tú hiciste lo mismo, al encontrarte atrapado en ese cuerpo de hombre.

sábado, 26 de enero de 2008

UTOPIA


Utopía





Anacrónica mirada
Subterfugio de mi mente
Emboza mi alma halada
A los torrentes de tu fuente.


Gema roja de pasión
Que engrandece mis sentidos
Sutil verso enloquecido
Que ama siempre, lo presente.


Mi alma se eclipsa a la tuya
Siempre que la encuentro desnuda
Es sutil verso etéreo
Cálido sedoso y bueno.


Llama que calienta y alumbra
Huracán de sentimiento,
Poseso de tu cuerpo,
Servil esclavo y siervo.

Pero cuando anda vestida
Y se cubre de piel y hueso
Es arrogante y henchida
Se vela de caprichoso ego.


Quien pudiera encontrarte
Y navegar siempre contigo
Fundirse a tu armonía
Y calentarse con tu fuego.


Ser parte de tu parte
Color en tu fragancia
Esencia en tu perfume
Y brillo en tu destello.


Sal en una de tus lágrimas
La cal en tu hueso
El aire que te abraza
El sentir de tu beso.


Lastima querida niña
Que te vistas de piel y hueso
Que seas carne tangible
Y no solo puro verso.

Pues de poeta a poeta
Yo te quiero y te temo
Naufragando en mí silencio
Y escondido entre tus besos.

viernes, 25 de enero de 2008

Cicatrizan en las heridas las llagas



Cicatrizan en las heridas las llagas


Se produce el dolor
Y de la herida mana
La sangre que tiñe todo de rojo,
Vida subterránea de la epidermis,
Que brota a borbotones
Caudal de amargura
Que asola los entresijos
En las flemas del alma.

El tiempo marca sus horas
Y los días se amontonan
Y van cayendo las hojas del calendario
Sucediéndose las estaciones.

Cicatrizan en las heridas las llagas
Después quedan esas marcas
Que aunque no duelan
Se aferran a la piel
Y viajan con nosotros.

Tatuajes indelebles del alma
Marcados a golpes de sentimiento
De indiferencia y arrogancia,
Que nos hicieron madurar,
Y nos curtió el corazón,
A fuerza de fuego y esperanza.

Fuimos lo que fuimos
Hojas peregrinas
Que en el tiempo y en el espacio
Bailaron la danza del destino.

El aire nos lleva de aquí a haya
Dando tumbos siguiendo un camino,
El sendero de la vida.

Y entonces apareciste tú en mi paisaje.

Hoja nueva que a la rama se recicla
Nuevo verde para el árbol que respira
Tierno brote que sueña florecer en primavera
Dulce fruto generoso en el estío de la vida.

Quedarse sin aire
Yerto en el tronco leñoso,
Fustigarse,
Por lo que pudo haber sido y no fue,
Colorear el dibujo a nuestro antojo,
Como la lechera del cuento
Que hizo añicos su cántara y su ilusión.

Frustrarse de sentimiento en sentimiento
Mirarse solo el ombligo en el espejo
Girar y girar sin reconocimiento
Es volatilizarse en el céfiro,

A cada causa un efecto,
A cada sentimiento una razón,
A cada razón una partida,
A cada partida un amor.
A cada amor una nueva vida,
A cada vida una ilusión.
A cada ilusión un sentimiento
A cada sentimiento una razón.

Vuela conmigo amor.
Que tengo el azul del cielo
El rojo del sentimiento,
Y el verde de tu entendimiento.

martes, 22 de enero de 2008

SONÓ EL TELÉFONO


Sonó el teléfono


Languidece en mi sueño
La ausencia de tu voz,
Y briosa la mañana
Me trae un sonido radiante,
De dos labios parlantes
Con el tono de tu boca.

El sol calienta con más fuerza,
El corazón en un momento se desboca
Y la tarde sin quererlo,
Parece de primavera,
La noche se aterciopela,
Con el titilar de dos luceros,
Que hoy brillan más cerca.

Será el encuentro
De tu boca con mi oído,
De mis labios con tu escucha
Aunque las palabras casi mudas,
En el corazón se atropellan.

Quiero decirte amiga,
Enterrada el hacha de guerra,
Que te quiero como ágape,
Como luz y como estrella,
Como mujer valiente,
Valerosa amazona
De los sentires del alma.

Azahar en tu trotar
Por los caminos del viento,
Intrépido a tu montura
Te sigo en tu cabalgadura
Por los torbellinos del aire.

domingo, 20 de enero de 2008

SIEMPRE ESTARAS EN MI MEMORIA


Siempre estarás en mi memoria


Una marea de sal y espuma,
agua embrujada de luz de luna
agita el recuerdo, Hija del trueno,
de menta de fresa y caramelo.

La sangre que tiñe el sentimiento,
brumosa y espesa se crisantema,
dejando en los labios, añil y espuma,
besos robados de calavera,
ilusión de carne que se evapora,
y yace en la pupila y el entrecejo
y en algún retrato que se hace viejo.

Palabras rotas, que el tiempo empolva,
gravitan en el espacio y la memoria,
tildan lamentos amor y risas,
veletas y campanas que el sol agrieta.

Y en el paladar de la boca
la dulce hiel que te provoca,
de poco a poco, se hace añeja,
oleaje de abrigo y dulce sueño,
se ciñe a tu cuerpo y tu anhelo,
envolviendo a tu cintura y a tu credo
en vaivenes de fresa de sal y caramelo.

Azucarcillo que en el alma se disuelve,
dejando una impronta en el recuerdo,
la patina de calidos besos,
de un amor sincero e imperecedero.

Y en la distancia del mar ausente
la luna se baña indiferente
dejando su estela de luz de plata,
la gaviota en su sueño a el se abraza,
oleajes de brisas y dulces aguas,
brumas que mueren de pálida luna.

Y en lo alto del cielo
un lucero aguarda.

PRIMA


PRIMA

Con una ramita grana
de negra aceituna,
romperé yo el hechizo
del claro verde de luna.

La pondré en tus labios
carmines redondos de ascuas
para que el reflejo lunar del agua
no mancillen los arcos carnoso que besan
la luz que cierne tu alma.

Azabache tu pelo
se nueve al son del pandero
mientras que tus ojos
carbón y fuego
se funden en el aire
en un te quiero.

Carla Granadina te siento
con donaire tu pañuelo
se viste de lunares y estrellas
de gitana zalamera
que al son de la luna nueva
tu cuerpo se contonea
con la luz de la candela
bailando una zambra gitana
al redoble de castañuelas.

DISOLUCION

Disolución

Después de una noche de anhelo,
De engendrar en mis iris tu verbo,
De recrear en tu boca mí sueño,
De sentir en el aire tu eco.

El profundo mar, ese que baña tu pueblo
Sus brisas se hicieron de hierro,
Sus aguas se estancaron en salmuera
Y tu nombre se hundía en le ciénaga.

Y es que eres como un suero
Necesito gota a gota de tu brisa
En este corazón que me riega.

Y así se gaste mi suero
La mente y el sentimiento se agotan
Y yo necesito otra gota, de tu sonrisa o de tu boca.

viernes, 18 de enero de 2008

TU BOCA


Tu boca



Pasión y celo a los bordes de tu boca
Ambrosía en el umbral de tus labios
Juegan las lenguas en cálido celo
Fusionando ansiedades carnales.



Mi alma y la tú ya se enreda
En sabrosos paladares
Almíbar y néctar de varón y hembra
Fulgor y ansias de avatares.



Carmín que funde el deseo
En besos de lava e ímpetu fuego
ojivas escarlatas pasionales



Crepúsculos de mis longevos arcos
Sobre tus fervorosos labios
Seducción febril del amor.

miércoles, 16 de enero de 2008

DE LA ROSA DESPEGO LA MARIPOSA


De la rosa, despego la mariposa

Lacónicos son los suspiros que derrumba el aire,
Emociones de un alma dolosa de seda,
Que anida ondas que atan y amarran,
Secuencias fieras,
Que amartillan el ritmo cardiaco,
De este motor de rubí topacio.

La fragancia corre por las venas
Y el sentido del anhelo,
Se aprieta al deseo,
Y la boca declama
Queriendo seducir con palabras
Los sentimientos del alma,
Acogiéndose a la luz de la esencia.

Fulgura por los senderos errantes
Abrazando la palidez de tus senos,
Sintiendo gemidos y las ansias,
D el embriague de tu cuerpo.

Centella y cálida aurora
Elixir de párvula boca
Candente y virtual señora,
Pálida luna,
Que abrasa con los ojos la forma
Y hace candiles verdes,
Irradiando moruna
Anises de menta.

De albahaca y yerba buena
De mistura de alhelí con canela
Son las entrañas de tu alma,
Que mi alma devorar quisiera.

A tu vientre de nácar,
Ondulante entre el sudor de las sabanas,
Al istmo de la abertura de tu piernas
Y a la pelvis que resiste
El empuje de mi cadera.

Boca que labra a otra boca,
Boca que vibra,
Boca que besa,
Boca de labios ardientes
En el espacio infinito
Con una sola y única palabra
Amor en su seno.

Sentimientos que alazán
Al ser de los amantes.
Solidificando en su hondura
Lo singularmente hetero,
Pero siendo cada cual
Pilar independiente,
Indisoluble el vínculo del amor
De la raíz hasta el vértice.

La conjunción de un mismo vuelo
Por los senderos de la comprensión,
La amistad y el respeto.

Compañera de dulces alas
Te espero al alba de este viaje,
Que quiero descubrir contigo
Como se hace el camino,
Como se baten tus alas
Sin alforjas de viaje,
Disfrutando del paisaje,
Y extremando plumaje.

sábado, 12 de enero de 2008

LA CREMALLERA


LA CREMALLERA


Centellea en el ocaso
De mi alma inquieta,
Vagando inalterada
Una onda trémula.

Se parte en filamentos
Fraguados de violetas
Compungidos pensamientos
Que en mi alma quedan.

Ay amor
De dolor abrumado,
Boca hiriente
Que de granado besa,
Labios de doncel y grana.

Voz pausada
Que paciente clama,
Lengua para mi lengua,
Ariete tintineante
Bulbo exógeno vibrante.

Caricia rítmica de ego
Que extasía poro a poro
Toda la efervescencia del anhelo
Rindiéndose en puro deseo.

Piel con piel
Codo con codo
Cuerpo a cuerpo
Pensamiento a pensamiento.

Se unen en el ósculo
De la fragancia del sexo
Inexorable fermento
De lo masculino y femenino.

Cremallera de afecto y deseo
Unión perfecta que abre y cierra
El sentido de la vida,
Rebosando plena el alma entera.

Rompiente de agua
Catarata y cascada,
Espuma de amor y sentimiento
Agua vital, manantial y sustento
Sal de gracia y chispa
Y sabor intenso.

Soplo del alba en el alma
Copo batido en el viento
Onda que fragua tu encuentro
Mientras te cuento,
Viento, viento, y beso.

viernes, 11 de enero de 2008

DESENCANTO


DESENCANTO


Mirando voy las manos
Las encuentro vacías,
Encalladas y heridas
Llenas de espinas.

Soy artífice en mi trabajo,
Pinto, modelo y escribo,
Construyo, arreglo y reparo.

Un hombre autodidacta,
Tolerante, paciente, analítico y templado,
Intento la perfección en mis actos,
Aunque sé que solo soy humano.

Me canse de modelarte
De esculpir en el viento y en el aire
Solo sé que erres barro,
Arcilla para las manos.

Creí que eras un diamante,
Y quise pulir al brillante,
Pero veo que eres cuarzo.


Por más que ponga en mi empeño
No podre labrar lo que quiero
Con este granito duro y fiero.

Me anegue en mi osadía,
Agua pasada de molino
Que como un torbellino
Se va por el desagüe

Ángel custodio de pesares
Que hace guardia en mis umbrales,
Estigma de Caín,
Que marco a mi el destino.

Así que hare como al buen olivo,
Podara sus ramas de acebuche,
Para mil palomas de la paz,
Dejare los tallos y los brotes nuevos.

Que cautericen las llagas de las ramas leñosas,
Poco agradecidas, que ya no dan fruto,
Solo hojas y un mar de tinta negra,
Que frustra las soledades.

Hare una sepultura
Y echare tierra en el hoyo,
Que te coman los gusanos,
Como aun buen cristiano.

Llorare tu ausencia en amarguras,
Enlutare mi alma por él letargo,
Coseré mi corazón roto,
Y me quedare con tu epitafio.

Aquí yace una crisálida blanca
Que quiso ser mariposa
Y se convirtió en otra cosa,
Muñeca de porcelana.

jueves, 10 de enero de 2008

LAS ARISTA DE LA MEMORIA




Las aristas de la memoria



En el fondo de un cajón amontonado entre una pila de papeles desusados, encuentro un álbum de fotografías viejas. Repujado en piel encarnada con algún que otro detalle dorado, impreso en sus viejos lomos y adherido a su costado, le acompaña un grueso cuaderno de cartulinas negras, entrecortado con finas hojas de seda.
Ante mí, se despliega el túnel del tiempo, la añoranza y la memoria.
Entro en esta galería de sentimientos, y la infancia se desgrana en imágenes y recuerdos, con la mano nostálgica, abro su primera página, desvelando la sutil sabana de papel cebolla.
Enmarcados para siempre, dos retratos en blanco y negro están dispuestos en ángulos adyacentes., Con invisibles lazos de anhelos, mi padre hecho un mozuelo, un hombre enjuto de carácter apacible y bueno, sonríe diligente, con una mirada melosa y ojos de caramelo, mira a mi madre al otro extremo.
Una mujer valiente, madre de siete hijos de voluptuosas formas y redonda cara, y en su mirada se desborda el añil de cielo.
Paso una hoja y otra, y me encuentro la familia numerosa, los bautizos las comuniones y las bodas,
Filmoteca de un instante que el tiempo detuvo en la memoria.
Me detengo en una foto, cuando yo iba a la escuela,
Y me acuerdo de mi madre, por la mañana toda dispuesta,
Vamos niño, a levantarse que hay que ir a la escuela no te hagas el remolón, que pronto la campana del colegio sonara.
Con los ojos pegados a los parpados y un bostezo mal humorado, salgo de aquella cama de hierro y de aquel colchón de lana, que dejaba mi huella impresa, y había que mullir de nuevo, ahuecarlo conveniente hasta la hora de la siesta.
Un tazón de leche, con una cucharada de colacao componen el ligero desayuno mañanero, después me visto torpemente entre bostezo y letargos, y una mirada maternal, con retintín, venga niño ya, que es para hoy,
Me lavo la cara y me froto de jabón detrás de los orejas, nunca supe para qué, ¡cosa de maestras!.
Algún que otro tirón del pelo desenredando mi flaquillo, a la moda Marcelino, aquel del agua y del vino que robaba a los frailes, y se lo ofrecía a nuestro señor, ese bendito chiquillo.
¡ nunca me gusto mí flequillo ¡
Me gustaban mas los pelos tiesos, a la moda del infierno, pues más que buen samaritano, era un terrible gamberro, y mi madre se empeño, creía que yo era muy tierno, ¡ cosas de madres!.
Con un uniforme azulete, muy inspirado para la época y un duro cuello de plástico blanco, un martirio para abotonarlo al cuello,
La cartera cuadrada maleta de piel, con su plumier, de dos pisos lleno de lapiceros de colores, y de libretas, el parvulito.
Y dentro del nacional catolicismo por supuesto el catecismo, símbolo del buen cristiano para acatar de memoria sus reglas y sus preceptos, era como un principio activo para recordarnos el poder de la santa madre iglesia, y también cuatro galletas Maria Fontaneda.

Y corriendo porla calle abajo derechito y en la acera me dirijo a la escuela, a formar en hileras en el patio del colegio, paralelas por cursos, todos en la explanada que serbia de recreo,
Los maestros con su silbato, al frente de cada línea enderezando bien la filas de muchachos, alineándose con el brazo bien estirado por alto y por orden de estatura, antes de tocar la campana, la ceremonia empezaba con dos alumnos que sacaban la bandera de España.
Los maestros al frente de sus filas, el director y el cura, entonces al son de un himno sin letra, es cuando se izaba la insignia del polluelo, entonando una canción mil veces ensayada,
Isabel y Fernando el espíritu impera, moriremos besando la sagrada bandera.
España estaba asolada por la represión y el Franquismo y una de las dos Españas la de azul y el catolicismo, y en parte todo era como un gran cuartel.
Después cada curso se encaminaba a su aula.
Un crucifijo de metal, al lado de un retrato militar de un famoso general, que dio un golpe de estado a su patria, con el yugo y sus flechas, los símbolos de la falange José antoniana, un encerado grande y frío, con una máxima en colores, y entre paréntesis, Jesús dijo…. Un mapa grande de España con todas sus regiones, una virgen Inmaculada, y cuatro varas de mimbre para corregir obligaciones, treinta pupitres destartalados todos ellos pintados de tintas y de borrones, un colegio jesuita de una España diferente,
Los miércoles el rosario, el catecismo a diario, los domingos a consagrarlos a Dios omnipresente.
Así era la enseñanza con una pedagogía, de sangre y lagrima, la letra con sangre entra,
Era la máxima.
Quien le diría entonces a la patria, que estos hijos de la azul teñido sembrarían más tarde la democracia en España.
Cierro el álbum de recuerdos y de tapas coloradas,
Cierro en parte mi infancia, las moreras del Coto, el sauce de mi casa, las canicas de barro, el caballito de cartón y el tren de hojalata y a mi padre dando clase con su estufa de serrín, inhalando vapores de eucalipto.
Me miro al espejo y me pregunto, que paso con aquel tiempo detenido.

martes, 8 de enero de 2008

Rosa


Rosa

Aquella tarde como muchas tardes, Rosa cruzo la calle envuelta en un chal de grupo paño negro, el frio de diciembre helaban sus manos mientras apretaba una rugosa carta que había recibido del correo, con el paso presuroso, diligente e impaciente se dirigía a consultar a su vecina;
Una mujer un poco extraña, entrada en años, con el pelo cano, y siempre recogido en un rodete; Aquella viuda, madre de tres desventurados hijos ya muy crecidos, había rodado mucho por la vida.
Alcahueta, desde la más tierna infancia, se caso con un pícaro que nunca le dio un palo al agua.
Pero por el azar de la vida, y por las historias que siempre se traía entre manos,
nunca le falto el sustento en su familia;
Buena nota que tomo la viuda, para aplicar a su propia vida ahora que le faltaba el benefactor de su intendencia.
Y de aquí, a esta, aderezo su casa dándole un cierto aire de misterio, con algunos muebles viejos, y un animal de compañía,
Por supuesto un precioso gato negro, Ulises para ponerlo todo por cierto, así que por unas cuantas monedas, hablaba con los espíritu, te resolvía lo sin resuelto, echando los arcanos mayores en una tirada celta o la de la cruz o simplemente la del deseo, con cuatro naipes encima de la mesa.

Rosa llego al final de la calleja, de aquel callejón sin salida, y se detuvo en el número siete, un portón grande de madera centenaria enmohecido, como la propietaria del inmueble, pico la aldaba de la puerta,
Con un sonido hueco, casi tremebundo.

No paso más de un minuto, cuando el chirriante portón abrió una rendija, preguntando quien era.
Soy yo Rosa, señora Engracia, que vengo a consultarle unas cosillas.
Pase amiga mía, que hace un frio que pela, y siéntese al brasero,
Le dijo la dueña del lugar, acariciando a su gato negro, un momento y estoy enseguidita con usted, que es la hora de la merienda de Ulises , y es ponerle su leche en un tazón y el ratón que cazo esta mañana,
así que pase señora Rosa.
Rosa paso a el salón donde la madame echaba las cartas, un sitio tosco y austero, pero muy acogedor, un poco sombrío, pero la luz y el crepitar de la lumbre del hogar, lo embolia todo en un halo de misterio, un escenario perfecto para resolver cualquier trance, con un poquito de intuición y de sicología aplicada, con unos toques de empatía y de la larga experiencia acumulada.
Así que la señora Rosa, le conto su impronta, los celos que sentía por su marido, un hombre más joven que ella y de buen ver.
Dando cuatro pases mágicos la pitonisa explico, que aquel tarot siempre envuelto en un paño de seda, con una estampita del corazón de Jesús, y otra de la virgen María, estaba impregnado de buenos augurios y pertenecía desde siempre a una estirpe de magos,
Que poco se equivocaría.

Entre los efluvios de sándalo
Y la llama mortecina de la vela, la nigromante, fue echando carta a carta,
Con mucha parsimonia y arte teatrera, y contándole, lo que todo el mundo conocía, porque era de voz popular en el mundillo de las alcahuetas, que su Antonio se amancebaba con su vecina del final de la calle, una buena moza apretada en carnes, así que le conto esto, quitándole un poco de hierro,
Y diciéndole que él la quería, pero la tal María lo tenía embrujado, con un mal de ojo, que con unas cuantas monedas ella podría, deshacer el entuerto, preparándole un filtro de amor.
Que harían en su Antonio prodigios, y por otras cuantas más vengar la ofensa de la pecadora.
Que lo pensara bien i no le dijera nada a su marido, pues corría el gran peligro de quedarse descompuesta y sola.
Mejor sería que empeñase el collar bueno que heredo de su madre, ese de perlas que trajo su abuelo de oriente, cuando era marino mercante y con eso y un poquito más, ya se podría hacer algo; que las almas de dios que le ayudaban, necesitaban muchas misas que decir y pagar, para salir del purgatorio, y en tal agradecimiento obrarían milagros, que bien pensado seria una excelente cristiana, y así dios se lo tendría siempre en cuenta.
Agradecida Rosa, pago la minuta y se envolvió en su chal , y se fue pensativa a su casa.
Esta mujer sí que es una buena cristiana,
Me ayudara y volverán las aguas a su cauce.

sábado, 5 de enero de 2008

ALMA


ALMA


Alma, que mi alma habitas
inundando todo mi cuerpo,
donde está tu fragancia,
donde quedo tu destello.

Porque no manas arrebatadora
el agua clara,
del manantial y el torrente
que riega mis entrañas.

Alma peregrina de ausencias y deseos
donde se fueron tus besos,
se secaron en los desiertos,
se enredaron en los pensamientos
se acrisolaron en tu corazón de fuego.

Fueron fugaces guiños al viento
hojas caducas de Otoño
o vuelos cenicientos
de mil mariposas en cautiverio.

Alma que a otra alma subyugas
en el entendimiento,
dime como se puede vivir
abrazado a un sufrimiento,
mudos, sin palabras
entendiéndose solo por gestos.

Alma que a mi alma lacera,
rosal de espino, fragante y fresco,
sepulcro que en mi cadalso espera,
trainera, melosa, sensual, agorera.

Esquirla de plata
que mi corazón atraviesa,
puñal de llanto,
arias de dulce canto,
y brisa de iris de menta.



miércoles, 2 de enero de 2008

ESTRELLAS FUGACES


Estrellas fugaces


Sentí el brillo de tus ojos
En una estrella errante
Que paso distante
Por el firmamento.

Y como vela blanca
Acaricie tu piel alba
En los pétalos
Aterciopelados de una rosa.

Busque tu beso fugitivo
En la mar intensa
En las secuencias del tiempo
Y en la cara oculta de la luna.

Y al tacto de tus dedos,
Pinceles de turón
A través de los rayos de sol
Cuando atraviesa la arboleda.

Te bese con la brisa marinera
Con la lluvia y la tormenta
Que lleva el mar en su desmayo
Ondulando tú pelo al viento.

Me cite contigo
En la línea obtusa del horizonte
Y te espere al alba
Para que pudieras soñar despierta.

Volé ciñendo el cielo
En planeos largos
De golondrina y de gaviota
Para estar contigo,
Y admire tus alas de mariposa.

Te cuide amante
Con amor y ternura
Como el jardinero que cuida
A una tierna rosa.

Te labre de barro
Y te moldee con mis manos
Como el alfarero
Que curva a sus cacharros.

Me guarde tu risa
Muy cerquita de mi boca,
Y me enamore de tu alma
De tu verso y de tu prosa.

Dance contigo,
En las noches mientras tu dormías,
Arrulle tu cuerpo a mi latido
Y ahora corres por mi sangre roja.

Fui jinete en el viento
Y onda en el aire,
Y átomo en tu pensamiento
Destello verde en el iris
De un mundo de menta.

Me interne en tu cuerpo y tu lamento,
Y more en tu quejio y tu tormento,
Y como cante por solea,
Me arrojaste de tu boca.

Y ahora ando sin sosiego
Sin rumbo conocido
Y con la brújula rota,
Deslumbrando a un lucero
Que habito en mi alma loca.